lunes, 25 de noviembre de 2013

Violencia (machista) no es solo

Curioso que escribiendo en facebook sobre el día para la eliminación de la violencia contra las mujeres saliera esto. Quería que fuesen cuatro frases pero era imposible, así que decidí que la versión extendida necesitaba de este espacio.

Violencia no son solo las muertes, violencia no son solo las palizas, violencia no son solo las violaciones o agresiones sexuales, violencia no es solo el acoso, violencia no es solo el insulto, violencia no es solo gritar. Violencia es que insistas cuando decimos NO, violencia es piropear, violencia es el chantaje emocional, violencia es creer que no podemos hacer algo y "ayudar" sin que nadie te lo pida, violencia es el paternalismo, violencia es creer que necesitamos protección porque somos débiles, violencia es la publicidad machista, violencia es la indiferencia frente a las agresiones y decirnos cómo tenemos que responder ante estas, violencia es el maquillaje obligado, violencia es creer que violación es solo "meterla", violencia es ponerte de abanderado de una lucha que no te corresponde invisibilizando al resto de compañeres, violencia es poner tu voz y tus privilegios por encima de los de otra persona, violencia es creer que llorar te hace débil y pegar fuerte, violencia es que le pegues un puñetazo a la puerta por no dármelo a mí, violencia es creer que somos objetos sexuales, violencia es apagar la voz de las supervivientes a una agresión con tu voz de macho indignado, violencia es promover que las mujeres que sufren una agresión están marcadas para siempre, violencia es encasillarnos en un estereotipo y unos roles, violencia es insultarnos por usar nuestra libertad y autonomía, violencia es encasillar a les niñes en un género u otro según sus genitales sin dejar que se desarrollen plenamente, violencia es el lenguaje en el que "cojonudo" es bueno y "coñazo" malo, violencia es que tenga que ir a la defensiva porque tú siempre vas al ataque, violencia es la estructura invisible de opresión hacia las mujeres y disidencias sexuales que llamamos patriarcado, violencia es que me hayan impuesto ser mujer y que la gente no entienda que no quiero tampoco ser un hombre, soy una persona, un animal, un ser vivo, un ser...

El agresor puede ser cualquiera, no esperes que sea un ogro como lo pintan las películas, el enemigo a veces duerme con nosotres, echémosle de nuestras camas y nuestras vidas.

Cualquiera de nosotres puede haber sufrido violencia machista, no dejes que los medios te digan que estás marcade para siempre y que necesitas de su paternalismo y protección. Somos más fuertes de lo que nos quieren hacer creer. Somos supervivientes no víctimas.


miércoles, 20 de noviembre de 2013

Vivir el futuro

Puede haber algo más angustioso que vivir en un continuo recuerdo? Puede haber algo peor que rememorar una y otra vez las mismas secuencias de tu vida? Puede haber algo peor que la espiral nostálgica que te atrapa en otoño y no te suelta hasta primavera? Lo puede haber? Lo hay. Si hay algo que me angustia todavía más que vivir en el pasado es no vivir el ahora pensando en el futuro, el futuro que nunca llega, que por mucho que planees no saldrá como tú quieres, todo se irá a la mierda por cualquier cosa que tu cabeza no había calculado. El universo es mucho más complejo que lo que nuestra mente-cuerpo-espíritu pueda entender, no podemos preverlo todo; no podemos calcular cada punto y coma de nuestra vida, no sabemos lo que pasará mañana, si seguiremos vivas, o si viviremos tanto que nos aburriremos de nosotras mismas. No podemos volcar nuestra felicidad en el futuro, pero, es que es tan bonito soñar despierta, es tan maravilloso dejar volar la imaginación construyendo un futuro imperfecto pero que encaja perfectamente con nuestros deseos, es tan bonito todo que dejamos de vivir en el presente, es decir, dejamos de vivir, morimos sin dejar de respirar.

Últimamente tengo insomnio, bueno, no es que no duerma, más bien es que me he convertido en un animal nocturno. Me paso las noches pensando en el mañana, y en el mañana del mañana. Imagino mi vida en diferentes sitios del mundo, con distintas personas, con situaciones diversas. Imagino mi vida como yo quiero, acorde a mis deseos y mis ideas; pero también imagino mi vida si hubiera nacido en otra parte del mundo, o en otra época, o con otro cuerpo, o en otra clase social o con otro género asignado. Pienso en escapar de aquí, en salir corriendo, volando, pero, a dónde? Por qué? De qué huyo? Quién me persigue? Por qué siento miedo? No entiendo nada, mi cabeza da vueltas de tanta pantalla, pantalla que mitiga virtualmente mis noches de soledad, esa pantalla que miro hasta que mis ojos se cierran más veces de las que deberían, es entonces cuando pienso "es hora de dormir y descansar". Me doy cuenta de que son las cinco de la mañana, la garganta se me hace un nudo (demasiados nudos acumulados en tan poco tiempo, empieza a costarme tragar), otra noche más tirada a la basura, y como consecuencia otro día más desperdiciado, y pensando en tanto desperdicio pierdo otra hora más hasta que el cansancio absoluto desconecta mi consciente y me empuja hacia el fondo de mis miedos y deseos, entonces sueño.
 
Y cada sueño es un deseo no cumplido, un espejo roto en miles de trozos que no conseguirán juntarse nunca, son las cenizas esparcidas por el viento del árbol quemado que jamás volverá a vivir, son el arroyo que fluye en primavera que no volverá a ser nieve. Pero me niego, me resisto, juntaré las cenizas, los cristales y el agua; los meteré en mi baúl de los deseos para crear algo nuevo, que no será ese espejo, ni ese árbol, ni será nieve pura; seré yo nacida desde ellxs, nacida de mis sueños rotos. Pero hay sueños que muestran otro lado más amargo si cabe que los deseos perdidos, estoy hablando de los miedos, miedos que se cuelan en mi cabeza sin pedir permiso, aparecen de la nada, porque sí, porque quieren, porque son la autoridad. No aparezcas, no te quiero, me asustas y paralizas, vete, o por lo menos deja de estar tan presente, he intentado convivir contigo, pero te estás apoderando de mis ilusiones y mis ganas de vivir, no te quiero, vete para siempre.

martes, 12 de noviembre de 2013

Desaparece (durmiendo con el enemigo parte II)

Te miro y me veo, eres mi espejo, eres mi reflejo del pasado; eres yo, yo soy tu futuro, somos una. Somos una, una dividida en millones; somos una, una que sufre, que calla, que miente, que se miente a sí misma; somos una, una que oculta, que engaña, que se engaña a sí misma; somos una, una que llora, que llora de rabia e impotencia. Somos una y lo sabes, por eso no me hablas, soy la voz de tu realidad aunque esté callada, mi cuerpo mutilado recuerda tus heridas abiertas y no quieres verlas, la sangre y las lágrimas han cegado tus ojos. Somos iguales pero no quieres reconocerlo, tenemos el peso de la HIStoria aplastando nuestras espaldas sin dejarnos caminar, nos arrastramos, su HIStoria oprime nuestros pechos para impedirnos coger aliento, jadeamos, no respiramos.

Eso no es cariño y lo sabes, eso no era cariño y lo sabía, pero sabía que era más fácil seguir con la farsa que acabar con ella. ¿Porque, quién es la guapa que reconoce haber estado maltratada durante años llevando la chapa feminista en la chaqueta? Sé que algún día nos sentaremos hablar, sé que lo necesitas, yo también, sé que tendré paciencia, ellas la tuvieron conmigo; y sé que desde sus palabras o desde su silencio ya me han perdonado, saben que me quité la venda o que a base de hostias se calló por desgaste. Eso no es cariño, ni afecto, ni si quiera a ese burdo contacto físico se le puede llamar sexo, tampoco es apoyo mutuo, ni existe la igualdad; y lo sabes, sabes que no lo es. ¿Sabes lo que sí es? Es rutina, comodidad, dependencia, inseguridad, maltrato, agresión, humillación, posesión...


La costumbre y el miedo a perderlo crean un vacío en el pecho, pero desaparece; desaparece con el tiempo, desaparece cuando te das cuenta que no estás sola, desparece cuando empiezas a quererte, desaparece cuando te empoderas, desaparece cuando le gritas y le dejas claro que es un MIERDA, desaparece cuando te das cuenta de lo bien que te sienta tu propia compañía, desaparece cuando te masturbas y te das cuenta que el placer está en tus manos, desaparece cuando recuperas las amistades robadas por el CAPULLO, desaparece cuando te dedicas tiempo para tí y para tus necesidades, desaparece cuando bailas y cantas sin miedo a parecer una LOCA, desaparece cuando miras a la LUNA mientras tu COÑO sangra y sientes que formas parte de la naturaleza, desaparece cuando viajas y ves acercarse un nuevo horizonte, desaparece cuando ríes sin motivo aparente y la tripa te duele de tanta carcajada, desaparece cuando afrontas tus miedos sola (sin la ayuda paternalista de ÉL), desaparece cuando dejas de verlo o cuando le ves le sueltas una hostia de esas que te dejan bien a gusto, desaparece cuando sueñas que arde por combustión espontánea (señal de que empiezas a querer deshacerte de él de cualquier modo), desaparece cuando encuentras personas con las que conectas o encuentras esa conexión en personas que ya conocías, desparece cuando disfrutas del sexo con quien te da la gana sin tener que dar explicaciones, desparece cuando dejas de ser de ÉL, desaparece cuando te alías con “MUJERES” y vuestra magia de BRUJAS os hace fuertes, desaparece cuando llamas a las cosas por su nombre (superviviente, maltrato, agresor), desaparece cuando tu vida es tan plena que te daría igual morir en ese instante, desaparece riendo y llorando, desaparece bañándote en el mar o en el río mientras sientes su corriente infinita, desaparece cuando entiendes lo efímero de las relaciones, desaparece cuando (mirándote en el espejo) sueltas una risilla malévola por haber pensado en como le cortarías los testículos de manera lenta y dolorosa con unas TIJERAS, al final, desaparece cuando ÉL desaparece, o por lo menos cuando tú le haces desaparecer de tu vida.


Espero que algún día volvemos a hablar, porque tú sabías que ÉL era un CAPULLO y yo no lo quise ver. Espero que algún día volvamos a hablar, porque yo sé que ËL es un CAPULLO y te acabarás dando cuenta. Nada es para siempre

sábado, 9 de noviembre de 2013

Nothing

Nothing to say, nothing to think about, nothing to express myself, nothing to do, nothing to eat, nothing to pray, nothing. There´s nothing inside me, nothing outside, nothing that makes me feel, neither feel good, neither fell bad, I feel nothing. Now I´m apathetic and this is the worst situation I could imagine, nothing to desire, to wish. I have a hole inside and no one can fill it, I have to do by myself, I must do it, I could do it, I know I´ll be able to, but not now. Today I feel nothing, maybe tomorrow all would change, all would be different. I feel nothing tonight.


Nota de Pensando en Negro: es lo primero que escribo en inglés en el blog, así que quizás puede que no esté bien escrito.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Le loque del coño

(re-editado y revisado acorde con mi evolución de pensamiento)

Sí, estoy loque, loque loquísime, soy une feminazi peligrose, le líder del comando SCUM intergaláctico, me dedico a difamar a los pobres machos víctimas del matriarcado hembrista supremo matamachos que lleva existiendo desde que el mundo es mundo. Sí, sólo creo a las personas oprimidas por el patriarcado, sólo me creo las agresiones denunciadas por las personas disidentes sexuales, claro que sí, corto pollas de macho todos los días y me las meriendo en rituales satánicos SCUM invocando a Valerie Solanas. Pero esto no es todo, mi vida gira en torno a aplastar a machos alfa sin que se lo merezcan, ay, que male soy, yo y les que me siguen, perdón, y lOs que me siguen también, nunca me olvido del cuerpo auxiliar masculinO.

De verdad, no entiendo nada, siempre igual, esto es un continúo agresiones-denuncias-excusas-invisibilización-enmierdar a las supervivientes y a las que las defiendan. Si lo llego a saber me guardo la elegancia en el coño, que para eso lo tengo tan grande, si lo llego a saber hubiera sido une mafiose, si total, para que se eche mierda de todas formas.

Seguid así, seguid defendiendo a agresores (en plural), seguid apelando a la razón ("masculina"), a la objetividad ("masculina" e imposible), seguid tachándonos de sensacionalistas por hablar de sentimientos y emociones (tan "femenino" y por ende tan desvalorado) seguid creyendo que esto no os pasará factura, seguid tratando al trabajo de género como si fuera algo secundario, terciario o algo personal. Seguid cerrando filas, seguid viendo en el feminismo radical y que cuestiona el enemigo. Seguid llamando patriarcal y sexista a quienes apoyan a les supervivientes. Seguid criticando que se tarden años en reaccionar a agresiones.

Somos males, estamos rabioses, queremos sangre y venganza, estamos loques e histériques, somos unes loques del sexo y unas malfolladas (todo junto), somos unas bolleras matamachos, somos unes desequilibrades, somos unas brujas, unas putas, somos gordes y celulítiques, nos comemos a les niñes y nos bebemos su sangre, somos impulsives, somos viscerales, somos naturaleza, somos creatividad y destrucción, somos les feministas radicales que no se depilan, con pelos en las piernas pero no en la lengua.

TENED CUIDADO, SOMOS LES HERDERES DE VALERIE SOLANAS, Y TODES YA SABEMOS LO QUE LE PASÓ A ANDY WARHOL.

NO PREGUNTES SI YA LO SABES, SÍ, VIENE DE LA RABIA, SÍ, VIENE DE MIS HORMONAS DESCONTROLADAS, ESAS QUE ME AYUDAN A DECIR LO QUE LA RAZÓN QUIERE QUE ME CALLE. MEJOR SOLE QUE... YA TÚ SABES!

SIN FOTOS NI HOSTIAS, NO HAY TIEMPO, DIRECTAMENTE DESDE EL HÍGADO.

sábado, 2 de noviembre de 2013

jueves, 24 de octubre de 2013

Vivir el pasado

Es esa sensación que te oprime el pecho, que te ahoga, que te asfixia, que te come por dentro, que te acelera el corazón, que bloquea tu razón, que te impide pensar en un mañana. Las lágrimas inundan mis ojos, no puedo parar de llorar, la tristeza me sobrecoge, nunca más, hay cosas que no volverán, personas, lugares, momentos... Los echas de menos, los lloras, los sientes, intentas perdonarte por aquello que no hiciste, intentas no caer en el vacío, intentas reconciliarte contigo misma por los buenos momentos vividos, respiras profundo, suspiras y te perdonas, te das las gracias por seguir viva, por ser fuerte y, a la vez, ser sensible y cariñosa. Asumes que el pasado nunca vuelve e intentas deshacer el nudo de tu garganta que te deja sin aire. No hay éxito, habrá que intentar sobrevivir, que dejar que pase el tiempo, tener la esperanza de que la herida abierta cerrará, intento ser yo quien de los puntos de sutura, sería injusto refugiarme en vosotrxs para consolarme.


Sólo el trabajo y el sueño me evaden de los recuerdos, sólo por momentos logro que los alfileres no me atraviesen el corazón. Por favor, ya basta, quiérete, quiérete aunque estés sola, quiérete porque te lo mereces, porque has crecido demasiado rápido en estas últimas semanas, sabías que te pasaría factura y las hormonas no ayudan nada, sabías que el viaje no acababa con pisar Madriz, sabías que tendrías que pasarlo y aún así arriesgaste, apostaste por ti, por conocerte, por reencontrarte, por mirar dentro de ti a través de las miradas de lxs otrxs. Esas miradas profundas de ojos negros, esas miradas de la tristeza, de la injusticia, del hambre, de la explotación, de la miseria; esas miradas que se mezclan con otras miradas, miradas de inocencia, de seducción, de lo prohibido, de curiosidad, de inquietud.

¿Volverás? No sé, no sé si volveré, pero sabes que nada será igual aunque vuelvas, nada será nunca igual, de ahora en adelante nada podrá ser lo mismo, los recuerdos no se borran de mi mente, decidieron echar cimientos y quedarse para siempre. No me juzgues por sentirme así, no te juzgo, sólo digo que no merece la pena estar tan triste, porque no podrás volver atrás y no puedes adivinar el futuro, perdónate, joder, que vales mucho.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Durmiendo con el enemigo (Parte I)

Cómo empezar una historia que ha durado 5 años, cómo empezar a reconocer una mentira sostenida por tanto tiempo, cómo asimilar que los buenos momentos ya no pueden tapar los malos, cómo reconocer y reconocerme como una persona maltratada psicológicamente sin que el mundo se me venga encima, cómo reconcerlo sin ser juzgada y criticada, cómo salir de esta sin machacarme ni sentirme culpable, cómo voy a poder verbalizar que una de las personas que más quería se ha convertido en una de las pocas personas a las que odio, cómo mirar hacia atrás para aprender y poder sacarme las espinas que se quedaron por el camino.

Capullo, pedazo de mierda, manipulador, asqueroso, comeollas, lavacerebros, agresor, maltratador, escoria, basuro, despojo, deshecho, te odio, te odio con todas mis fuerzas, pero ese odio no me va a consumir, ese odio me está haciendo fuerte.


Podría enumerar todas las veces en las que me has hecho sentir una mierda, pero son tantas que seguro que no podría contarlas todas, aun así lo voy a intentar. Podríamos empezar por el principio, cuando X, tu yo estábamos juntxs, debí haberme dado cuenta entonces, a X la tratabas bastante mal pero tu decías que era mutuo, que ella era mala malísima y entocnes te creí, como tantas otras veces. Me dejé arrastrar por la pasión y por el enamoramiento, cegando mis convicciones feministas. También recuerdo tus jueguitos de llamarme zorra y puta, y el rollo de “te gusta zorra, eh?” mientras teníamos relaciones sexuales, que más tarde corté al darme cuenta de que me daba asco y recuerdo tu cara de flipe de cómo no te va a gustar si antes te encantaba, pues nunca me gustó pedazo de capullo. Nuestra relación empezó como una relación abierta, que era lo que yo quería, pero tú no, tú solo querías usar eso para tu propio beneficio, pero al ver que no ligabas empezaste a cerrar la relación de manera sutil. En realidad te fue bastante fácil, nos expulsaron del espacio donde vivíamos, nos peleamos con todo el mundo y eso sirvió para creernos que éramos un equipo (lxs dos solxs contra el mundo). Corté relaciones, algunas están bien donde se quedaron, otras las recupero después de haberlas echado de menos.

Nos vinimos a vivir a mi ciudad, donde tú no conocías a nadie, eso era perfecto, porque entonces yo era la única persona que tenías y podías aferrarte a eso para absorberme y no soltarme, siempre se te dio bien hacerte la víctima y decir que todxs te odian con tal de refugiarte en mí, te aprovechaste de mi apoyo incondicional al que más tarde renunciaría y que me reclamaste como si formara parte de un contrato. En esos primeros momentos vivíamos nerviosxs, o yo por lo menos, que te persigan y ataquen lxs nazis puede crear paranoia, y yo la tenía, veía nazis por todas partes, cualquier tío calvo era un nazi. Pude superarlo, pero desde luego no gracias a ti, que no parabas de reirte de mi y de ridiculizar mis miedos, haciéndote el valiente y el muy macho. Yo no tenía que preocuparme por nada, tú estabas allí para protegerme y ser el macho alfa, gracias por enfrentarte a mis problemas por mí, así nunca tendré que afrontarlos sola. Más tarde vinieron tus amores virtuales, por llamarlos de alguna manera, internet llegó a nuestra casa y todas las noches te pillaba mirando porno o chateando de manera sexual; a mí me sentaba fatal, no tanto por celos sino por tu consumo compulsivo de cuerpos estereotipados a través de la red, no estoy en contra de los encuentros sexuales a través de internet pero sí del porno, además lo tuyo era a diario y te hacía descuidar nuestra relación, y no lo digo por el sexo, sino porque estabas más arisco, más rancio, y como te acostabas tan tarde luego no hacías nada por las mañanas. Empezamos a vivir con un chico muy majo con el que encontré buen filin, y, entonces no me daba cuenta, pero ahora todo cuadra, cuanto mejor me llevaba con él peor estabas tú, sin motivo aparente. De mi mejor amiga en esa época también tenías celos, no lo niegues, tu acercamiento a ella y tu intento de meterte en medio de nuestra relación me parece sucio y asqueroso.

Esa etapa acabó de forma desastrosa, en este caso no era por ti, había enemigxs más grandes a lxs que enfrentarse, y a ti eso te encantaba, mientras perdía mi tiempo en la guerra no podía ver mi “pequeña” batalla contra ti. Nos cambiamos de barrio, de casa, de amigxs, nuestro círculo cambió, todo parecía ir bien. Intentaste acoplarte en todos mis círculos, hasta con mis compas del grupo de mujeres. Tu violencia sutil ya estaba instaurada y yo no era capaz de verla, quizás hubo unos meses de tregua, menos intensa, pero lo veo claro, era parte de la estrategia (“te trato mal, te chantajeo, y ahora que te das cuenta de algo suelto un poco la cuerda y te pido perdón, ya volveré a hacerlo más tarde cuando tengas la guardia baja”). La presión sobre mí volvió cuando nos quedamos sin casa, estuvimos en el limbo uno o dos meses hasta encontrar un nuevo hogar que durara y que sería el último que compartieramos para siempre. Entre casa y casa, movidas de por medio, actitudes chungas con lxs vecinxs, vimos batallas y enemigxs donde no lxs había, todavía recuerdo tu enfado rompiendo el palo contra la pared porque yo me puse a llorar por la presión de nuestra situación, tu golpe y to rabia no ayudaron nada, tu violencia no conseguía solucionar nada. Parecíamos haber formado un buen equipo, nos juntamos con gente que creímos afín, nos unimos todxs contra el mundo.

En nuestra última casa empezó nuestro final, algo en tu plan se volvió del revés, compas feministas entraron en nuestro hogar y empezaron a ver lo que yo quería negar todo el rato. En esos años de vivir allí nuestra relación parecía abrirse de verdad, salir con otra gente con la que relacionarnos sexualmente, pero mi osadía de querer volar sin tu cadena me costó caro. Los chantajes emocionales se hicieron muy evidentes, no parabas de compararte con la nueva persona que apareció en mi mundo, de decirme: “con X pasas más tiempo, seguro que con X si que follas o follas más, es que ya no te pongo? Se te ve muy ilusionada con X, nosotrxs ya no hacemos cosas de gente que se quiere mucho, ya no vamos al cine, desde que llegó X a tu vida ya no hacemos tantas cosas juntxs ni prestas tanta anteción...”. Esta época coincide con una ruptura sentimental entre tu y otra persona, ante esto aludes a una profunda depresión de la cual yo debo librarte, a pesar de que tu habías pasado de mi cara desde que estabas con ella. Era como: “yo puedo estar con quien me de la gana y estar bien, pasar de tu cara, de tus necesidades y de tus movidas; eso sí, ahora que yo estoy hecho mierda por la ruptura, tu no puedes estar bien con nadie, debes quedarte en casa y deprimirte conmigo”. En este instante le doy las gracias a esas personas que viviendo conmigo intentaron ayudarme a ver la viga en mi ojo que no quería sacarme, que los años hacían cada vez más grande, aunque sea después de meses vuestras palabras refuerzan mi sentir y me alivian, sé que no estoy loca, vosotras lo visteis, lo escribisteis, lo hablasteis y permanecen en mi mente, me calman.

De verdad tengo que hacer memoria? De verdad tengo que contarte lo hiciste? De verdad tienes la cara tan dura de decir que no te acuerdas, o que es agua pasada o que te arrepientes muchísimo? Hipócrita asqueroso, todavía recuerdo el inicio de nuestra relación donde el amor libre te parecía la hostia, claro porque eras tú el que estaba con varias a la vez. Yo ni si quiera follé con nadie más hasta años después, las pocas veces en que conectaba con alguien (no necesariamente con fines sexuales) tú aparecías como por arte de magia para cortarme el rollo. Todavía recuerdo tu ataque de celos cuando hice buenas migas con un chaval camino del II Encuentro del Libro anarquista de Salamanca, no pudiste aguantarte, no pudiste contarselo a tu almohada o a un colega, tuviste que fastidiarme la noche y las siguientes semanas también. Me pusiste carita de pena, me dijiste que te volvías a Madrid, que no sabrías si seguirías con tu vida, que ya no tenía sentido seguir vivo, que te sentías desplazado, que te yo te había abandonado, pues ahora MUÉRETE, ya me fastidiaste bastante, al final accedí a tu chantaje emocional y me fui contigo, pensé que quedarme y pasarmelo bien era egoista, buf, que odio, TE ODIO.


jueves, 15 de agosto de 2013

Comunicado sobre la agresión de Jaime Sánchez Martínez en el Vegan Queer

La noche del martes 6 de Agosto en Manzanares (Soria) en el encuentro VeganQueer nos fuimos a dormir con Jaime (distri maligna) con el que manteníamos una relación sexo-afectiva, Jaime empezó a acariciarnos y M. se dió la vuelta no queriendo participar. En ese momento se giró hacia mi y nos besamos, él empezó a tocarme y yo empecé a sentirme incómoda porque no quería. Me quedé bloqueada y le aparté con la mano, él pasó y siguió besándome y tocándome. Yo me agobié e intenté llamar a M. sin obtener respuesta (M. pensaba que estaba siendo consentido), volví a intentar apartarlo y volvió a hacer caso omiso de mi indicación. Intenté llamar de nuevo a M. y él se me echó encima mientras se tocaba y siguió metiéndome mano hasta que me empezó a dar ansiedad y lo aparté y le dije que me estaba agobiando, que estaba cansada y que no quería nada. Él se dio la vuelta violentamente, quedándose tenso, dándonos a entender con su corporalidad que estaba enfadado. A pesar de la ansiedad le pregunté que qué pasaba, a lo que contestó “estoy triste, por ser una mala persona que no te deja dormir”, me agobié ante su incomprensión de los hechos y le dije que no quería hablar con el, que buenas noches. Entonces él empezó a llorar bruscamente, como con ansiedad, haciendo mucho ruido, había más personas durmiendo en la habitación y me puse nerviosa, le pregunté que qué le pasaba y el se quejó de que no quería hablarle mientras seguía gritando y llorando. Yo me sentí presionada a hablar con él y le dije que nos saliésemos de la casa para no molestar, cuándo accedí se tranquilizó inmediatamente, consiguiendo mediante el chantaje emocional su objetivo, no respetando mi decisión de no hablar en ese momento. Cuando llegamos abajo yo le dije que yo no quería follar en ese momento y que había invadido mi espacio, sin mi consentimiento, el me dijo que no lo entendía, intenté explicárselo varias veces de formas diferentes y me repitió incesantemente que no me entendía. Seguidamente (no pasaron ni dos segundos, no me daba tiempo a reflexionar o a pensar) se puso a llorar y me amenazó con suicidarse porque había gente que le había hecho creer que era un agresor (lo cual es muy revelador teniendo en cuenta que yo no había dicho la palabra agresión aún) yo intenté tranquilizarlo y me repitió varias veces que se iba a suicidar, que solo le pasaban cosas malas, yo me asusté ante esa idea y dejé de lado lo que estaba sintiendo para calmarle y quitarle esa idea de la cabeza. Se le pasó rápidamente, se tranquilizó, y me preguntó cómo me sentía, le dije que mal, me besó y dijo que se había puesto cachondo con lo que yo me quedé perpleja, cuándo vio mi reacción cambió de tema completamente, contándome cosas de Manzanares para evadirme de mi estado, me invitó a pasear por el pueblo, ignorando cómo me sentía, tras dos horas paseando me volvió a besar, nos excitamos y fuimos a casa a follar, yo estaba rayada y eso se acrecentó cuándo subió a por condones sin decirme nada y sin haber hablado de penetración, follamos y yo me sentí mal con el rol de dominación que él intentó llevar, cuándo él acabó me sentí vacía, sin saber por qué lo había hecho. Al volver al dormitorio M. estaba durmiendo a sus anchas y yo intenté apartarla hacia el centro, pero él la movió a un lado para colocarse en medio. Yo no pude dormir esa noche.

Al día siguiente me levanté temprano y me fui a pasear, cuando regresé lo noté contento (como si nada malo hubiese pasado) y M. y yo nos escapamos (utilizamos esta palabra porque cada vez que intentábamos estar a solas el aparecía y no nos dejaba) para hablar a solas, se lo conté y ella se enfadó por no haberse dado cuenta y por ver cómo le había dado la vuelta al asunto con amenazas y chantaje emocional,sin creerse que no entendiera la situación después de escribir tantos fanzines sobre feminismo, consentimiento, etc.

Después de comer me fui a hablar con A., le conté lo que había ocurrido, verbalizándolo me aclaré, yo tenía intuiciones negativas (había tomado decisiones por mi sin consultarme y ocultándomelas, me había marcado cuándo me acercaba a alguna otra persona visibilizada como hombre, se había puesto celoso en varias ocasiones, reprimiéndome e impidiendo la comunicación entre nosotras /tanto hacia M.,como hacia A. o cualquier otra amiga/ además de jerarquizando entre M.y yo) pero sentía que estaba loca y que era cosa mía, ella me dijo que también había observado esas actitudes machistas encubiertas y me puso varios ejemplos que lo evidenciaban. A raíz de esa conversación me quedé desencajada, todo lo que había estado sintiendo estos días era verdad, decepción por parte de Jaime por haberme engañado y conmigo misma por no haberme dado cuenta antes. También me sentía insegura por cómo transmitírselo a M. sin que lo interpretase como un ataque de celos o apología de la monogamia (miedos a los que él nos había inducido que no existían antes entre nosotras). Por la tarde Jaime presentó el número 3 del fanzine de Equilibrio, en el punto sobre consumo de cuerpos intentó sacarme del debate varias veces cuchicheándome sobre otras cosas y yo le dije que quería enterarme de lo que hablaba la gente y participar en el debate. Dentro de este debate se empezó a hablar sobre consentimiento, ante la incomodidad del tema para él intentó cortarlo varias veces, de hecho se saltó la parte del cuestionario de consentimiento aludiendo a que todxs teníamos el tema superado. Cuando terminó la presentación del fanzine le dije a M. que estaba incómoda con la relación, estaba viendo actitudes que no me gustaban y quería hablar de eso lo antes posible, M. se sintió insegura y mal por no haber reaccionado en el momento de la agresión; y por la noche nos fuimos a hablar a una explanada oscura y desierta, él vino y se sentó al lado nuestro a hablar de cosas superficiales, obviando el malestar de M. que estaba llorando. Cuando Jaime llevaba un rato hablando, sin que se produjera respuesta por nuestra parte, nos preguntó si nos pasaba algo con él, M. dijo que no quería hablar en ese momento y yo tenía tantas cosas que decir que me quedé callada pensando qué contestar, él, sin darme tiempo a contestar, se levantó enfadado y se fue con la única linterna que teníamos. Yo aproveché para evidenciarle a M. la actitud de Jaime durante el debate y, cuando llevábamos un rato hablando, R. (la perra que nos acompañaba) empezó a ladrar mucho mirando a un sitio fijamente dando la alarma; nosotras preguntamos varias veces que quién había y no se produjo ninguna respuesta, ante esto nos asustamos y estuvimos a punto de echar a correr cuando se encendió una linterna y vimos que era Jaime, nos dimos cuenta que llevaba un buen rato ahí espiando desde la oscuridad. Se puso a decirnos que estaba mal y que venía a ver cómo íbamos a dormir, nosotras le interrumpimos diciéndole que estábamos muy asustadas y que por qué no había contestado cuando estuvimos preguntando quién había, nos dijo que él no estaba para eso en ese momento y repitió que estaba muy mal. Volvió a repetir que cómo íbamos a dormir, que no estaba agusto con actitudes que habíamos tenido con él (no nos dijo cuáles, a pesar de que yo le pregunté, lo expresó cómo un presentimiento abstracto) que había pensado incluso en irse del veganqueer (aún sabiendo que dependíamos económicamente de él para la vuelta) pero que había pensado que era una tontería, intentando culpabilizarnos de cómo se sentía. Nos dijo que dormiría sólo en un saco de dormir y nosotras le dijimos que durmiese como quisiera, Jaime se dió la vuelta suspirando ofuscado y nos dijo: “que os vaya bien”. M. le preguntó que por qué decía eso y Jaime se puso como a temblar y nos dijo que podía desmayarse en cualquier momento, ante eso empezamos a consolarle (obviando de nuevo cómo nos sentíamos nosotras, por cansancio) y nos fuimos a dormir. Esa noche tampoco pude dormir.

Al día siguiente yo ya me estaba distanciando de Jaime y él puso toda su atención en M. (besańdola y marcándola cuando hablaba o se acercaba a otras personas visibilizadas como hombres). Durante la comida D. propuso una actividad como grupo no mixto que yo apoyé sin pensármelo, Jaime torció el gesto mostrándome su desagrado ante la idea (cuando siempre hacía alarde de apoyar a los grupos no mixtos). El día fue desesperante, yo estaba ya muy incómoda y pedí a M. que viniese a hablar conmigo, nos fuimos al río (lo más escondido posible ante el miedo al control por parte de Jaime) y estuvimos hablando y poniendo en común nuestras inquietudes, identificamos abuso emocional, la agresión sexual, el chantaje, manipulación y control por su parte. Ambas estábamos agobiadas y no sabíamos cómo actuar dado el estatus que tenía Jaime dentro del gueto por su postura anarco-feminista. Esa noche M. y yo decidimos dormir en tienda de campaña solas, no sin pasar por el chantaje emocional por su parte intentando culparnos de su sensación de abandono.


A la mañana siguiente yo tenía la intuición de que D. (la persona con la que Jaime había mantenido una relación de 5 años antes de estar con nosotras) podría aclararme muchas cosas al respecto, ya que él nos había hablado mal de ella y la había culpado de todo lo malo de la relación y después de ver cómo nos trataba a nosotras esto me hizo sospechar. Pedí a D. que hablásemos a solas y ella aceptó, poniéndose muy nerviosa. Cuando quedamos para hablar yo le pedí que saliésemos del pueblo porque me sentía insegura. Nos paramos en una sombra a la salida del pueblo y nos sentamos para hablar, cuando no llevábamos ni 2 minutos Jaime pasó justo por donde estábamos y yo me quedé flipando y le dije a D: “lo sabía, no es a primera vez que me lo hace”. D. me miró y me dijo muy seriamente que no se lo permitiera, eso me confirmó muchas cosas. Presentimos que podía estar espiándonos (como ya había hecho otras veces) y nos cambiamos de sitio. Estuvimos hablando durante horas, D. me confirmó muchas cosas y me confesó que a ella también le había hecho todo eso, sólo que más extendido en el tiempo, y no sólo eso si no que además más personas habían denunciado públicamente agresiones por su parte de las que él había salido victorioso haciendo uso de los privilegios que le concedía su estatus social. Cuando salimos de dónde estábamos vimos que Jaime había estado en las inmediaciones escuchándonos (de nuevo vigilancia y control). Nosotras pasamos por su lado sin prestarle atención. Yo fuí a la casa en busca de M. para contarle todo, pero no la encontré allí. Cuando salí para buscarla en otros sitios me cruzé a Jaime que me dió mi móvil (que había estado usando como contacto para la gente que iba al veganqueer y que además, como más tarde comprobé, había estado registrando, al igual que mi diario a pesar de que le dije que era personal y que no lo hiciera) y me dijo, con cara de afligido, que me hiciera cargo yo de las llamadas que él se iba del veganqueer. Se quedó esperando que le dijese algo y yo le dije: “vale” y pasé de largo en busca de M. La encontré y cuando me senté a su lado para contarle lo sucedido apareció Jaime con cara de pena, se sentó a nuestro lado y nos dijo que se iba del veganqueer y que no estaba cómodo. Cómo vio que nuestra respuesta era insatisfactoria para él (ambas le dijimos “haz lo que quieras”) nos preguntó que si estábamos bien. M. le dijo que sí y yo le dije que no, que hacía dos noches me había sentido agredida. Jaime, sin contestar ni esperar a que siguiese hablando se levanto y se fue enfadado pegando gritos, haciendo movimientos bruscos y fingiendo un ataque de ansiedad. La gente en general se puso en alerta, nos preguntó que que le pasaba (a lo que les redirigimos hacia él), SA estaba en la habitación y se asustó al oírle decir que quería matarse, que nadie podía ayudarle, que solo le pasaban cosas malas, SA le preguntó insistente qué había pasado y este contestó “Sandra me ha dicho que la he agredido”, ante esta ambigüedad ella se quedo paralizada y le preguntó si era consciente de lo que había hecho, el intentó esquivar la pregunta pero finalmente reconoció que lo era. SA., M., D., A. y yo salimos nerviosas del pueblo huyendo del alboroto y de las preguntas de la gente. Al rato me di cuenta de que se estaba apropiando del espacio y decidimos volver para reapropiarnos nosotras de este. Cuándo llegamos Jaime estaba totalmente calmado y había recogido sus cosas (con la ayuda de gente que no sabía que le pasaba y que ahora se arrepiente profundamente), nos dijo de nuevo que se iba y empezó a marcharse, pero a medio camino volvió, empezó a decirnos desde encima de la ladera que porqué le odiabamos tanto, que podíamos hablar, a lo que le espetamos que bajara hasta nuestra altura para hablar al mismo nivel, empezó a victimizarse y a intentar chantajearnos colectiva e individualmente, la respuesta que le dimos fue que nos había decepcionado, engañado, agredido, que no teníamos por qué escuchar más mentiras (en ningún momento pidió perdón o había mostrado comprensión) y le dijimos que dejara de decir que se iba y se fuera realmente. Hizo otro amago, pero volvió gritando “matadme por favor, no aguanto más” acercándose hacia nosotras, se tiró al suelo diciendo que no podía moverse, “os estoy pidiendo una paliza” le dijimos que no queríamos matarle y que tenía que solucionar sus mierdas él, A. llamó al resto de gente para ejercer presión y poder echarlo sin que se nos fuera de las manos (nos estaba provocando, nos puso al límite) y cuándo ella regresó diciendo que venía gente Jaime se levantó rápidamente (el ataque de ansiedad que estaba fingiendo se pasó al instante), se distanció considerablemente de nosotras y se mostró calmado, dijo que nos apoyaba (en un último intento de quedar bien delante de la gente, dando a entender que había empatizado con nosotras, usando una vez más el discurso feminista como mascara de sus actitudes machistas y su falta de respeto y comprensión, intentando dejarnos cómo histéricas) un compañero visibilizado como hombre le dijo que se fuera, y en ese momento y solo en ese momento se fue. Escondió sus cosas a la entrada del pueblo (pretendiendo volver), alguna gente cogió el coche para llevarle sus cosas y alejarlo del lugar, se quedó en un camping a 13 kilómetros esperando que al día siguiente una persona visibilizada como mujer qué el conocía fuera a rescatarle. Esa noche lo llevé a asamblea para hacer el problema colectivo y esta nos apoyó en nuestra decisión de alejarlo. No nos sentíamos seguras, ni nos parecía un perímetro de seguridad suficiente así que al día siguiente tomamos la determinación de ir un grupo de siete personas visibilizadas como mujeres, con un coche que lo llevaría hasta Soria para coger un autobús. Al vernos cogió su porra extensible, nosotras lo aplacamos, se la quitamos y lo dirigimos hacia el coche. Al principio nos dijo que nos estábamos pasando, aunque solo lo teníamos cogido por las muñecas le soltamos, mientras el resto registraba sus cosas en busca de más armas u objetos que pudiera usar para agredirnos o agredirse. Mientras andábamos no le dejábamos hablar pues cada vez que lo hacía era para hacernos chantaje emocional, esta vez estábamos prevenidas y no tuvo éxito, lo cual le frustró puesto que empezó a gritarnos machirulamente que a él nadie le callaba. Se montó en el coche sin resistencia y nos dijo que no entendía por qué estábamos así, si ya íbamos a contar lo sucedido. Confiamos en Anatema, que dijo apoyarnos y que lo acercaría a una estación con su coche aprovechando que llevaba a Mario a Soria, nosotras volvimos al pueblo confiando que en unas pocas horas Jaime estaría de camino a Murcia. Unas horas después llamamos a Anatema para confirmarlo y este nos aseguró que iba hacia Madrid, D. le preguntó que cómo había ido el trayecto a lo que contestó “Mañana hablamos” de manera bastante fría. El resto de días fueron infiernos, ninguna de nosotras podía dormir tranquila, teniendo pesadillas, D. tuvo un ataque de pánico, oíamos su risa...
El lunes 12 de Agosto nos dimos cuenta de que estaba escribiendo en su blog y lo leímos en asamblea (con Anatema presente, que dijo que Jaime necesitaba un psicólogo y reconoció que había empatizado con él), una vez más volvía hacerse la víctima terjiversándolo todo y usando el discurso “feminista” en su favor, amenazando de nuevo con el suicidio.

Más tarde nos enteramos con sorpresa de que Anatema nos había mentido en varias ocasiones sobre dónde estaba Jaime, al cual cobijaba en su casa a 50 kilómetros de allí, también nos enteramos de que Anatema había agredido a una chica allí en Manzanares y que Jaime lo había apoyado/encubierto (ahora Anatema le estaba devolviendo el favor) ambos habían hecho que el movimiento libertario de Soria y de algún que otro sitio se posicionara a favor del agresor y se rechazara a la chica que acabó por irse de Soria.



Con este comunicado queremos mostrar los hechos para que a Jaime no se le de cobertura en más espacios (libertarios, feministas, alternativos...). Nos consta que esto no es un caso aislado, ha habido más agresiones perpetuadas a lo largo de los años intentando siempre salirse con la suya acusando a las agredidas de locas, mentirosas, exageradas o monógamas. Animamos a todas las personas que hayan sufrido una agresión por parte de esta persona o cualquier otra a que denuncien públicamente los hechos y a responder de la manera que consideren más adecuada. Animamos también a que esto lleve a una reflexión personal, no señalemos sólo a una persona, cualquiera puede ser Jaime.

No somos unas histéricas, nos estáis volviendo locas con tantos abusos” (Rote Zora)

No estamos pidiendo derechos por las calles, estamos hablando de ellos; no estamos pidiendo anuncios que no nos conviertan en mujeres-objeto, estamos destruyendo los mecanismos comerciales que nos deshumanizan como mujeres; no estamos apelando al poder masculino para que termine con las violaciones, sino que le amenazamos: “Si me tocas, te aniquilaré”. Por una vez, los mecanismos que crean y mantienen las identidades de la feminidad fueron rechazados, y nuestros deseos fueron los nuestros propios, nuestros cuerpos fueron los nuestros propios, y nuestra violencia fue la nuestra propia.” (Ya veréis putas locas)

Machete al anarcomacho.

Si quieres contactar con nosotras o denunciar alguna agresión puedes hacerlo en la dirección de correo electrónico: machetealanarcomacho@riseup.net

PORQUE NO QUIERE VOLVERTE A VER LA CARA NUNCA MÁS BORRO TUS FOTOS,
POR MÍ, POR MI SALUD MENTAL Y PORQUE ME DAS ASCO.


sábado, 27 de julio de 2013

Que sólo nos limite el tiempo

 
Que sólo nos limite el tiempo, que nuestras mentes y cuerpos corran libres, que cuando nuestras lenguas se enreden no limiten otras lenguas, que mi cuerpo no domine otros cuerpos ni se deje dominar, que mi espíritu no se domestique nunca, que conocernos sea un paso para ser libres, no para someternos. Que sólo me limite el tiempo; quiero besaros, morderos, abrazaros, reír, compartir mis sueños y emociones con vosotrxs, quiero estrujar cada segundo con cada unx. Que sólo el tiempo sea quien marque el principio y el final, que nuestras mentes fluyan siempre libres, que caminar juntxs no signifique fundirnos ni diluirnos, que caminar juntxs sea compartir senderos y aceptar que a veces los caminos se separan, en ocasiones para siempre. Que sólo el tiempo marque nuestra muerte, que recorramos la vida teniendo su final presente, que sintamos su intensidad, y que el miedo que nos suscita se convierta en la fuerza para conseguir nuestros sueños, que sea la fuerza para cambiar el mundo, nuestro mundo. Que no se nos escape el tiempo matándolo, que la aventura de cada día supere a la rutina de cada día, que la incertidumbre se oponga a la seguridad, que nuestra vida sea inestable, arriesgada, diferente, cambiante, que nos acostemos orgullosxs pensando en lo que hicimos y nos levantemos con ganas de comernos el mundo.

martes, 23 de julio de 2013

Aprendiendo a volar sola

Retiro espiritual, tiempo de reflexión, segundos soñando el futuro, minutos a solas, horas que no pasan hasta que pasa algo, días para mirarme con lupa (por dentro y por fuera), una semana que pasa deprisa para empezar a ir más despacio.

Cuando te enfrentas a ti misma salen todos los miedos y mierdas que habías querido tapar tiempo atrás, por eso me gusta hacer limpieza interna. Estar sola me enseña que a veces dependo demasiado del resto de gente con la que vivo y de mis colegas, a nivel emocional siento que les necesito. No es que quiera estar sola por siempre, pero me gusta aprender a ser independiente. En estos días no valía tapar la soledad con internet ni tele ni teléfono, leer y escuchar música eran mis vías de escape en casa; la bici, la fotografía y la playa hacían el resto para que los posibles bajones se pasaran de una forma más dulce. Las noches resultaban más duras, me entraban ganas de llorar y no podía soltar casi ninguna lágrima. Quizás tuve suerte o quizás mis energías hicieron que el viernes saliera de mi aislamiento social, encontrando una cara amiga y conociendo a unos chavales. Empezar de cero en un sitio en el que no conoces a nadie es duro pero hay que echarle valor; así que yo, por si acaso, todas las noches cogía la bici y me daba una vuelta en busca de calor humano, al final lo encontré. Sobretodo echaba de menos esas risas locas que me echo con mi gente, y descargar esas ganas de reír, aunque sea con desconocidos, fue genial.


El cambio de estos días se refleja también en mi físico, tenía en mente ya desde hace meses raparme la cabeza, y el primer día de mi viaje en soledad decidí hacerlo, lo necesitaba, y hasta que no lo hice no me quedé a gusto. Ahora voy más fresquita y cómoda por el mundo. Ahora ya no siento que dependa de un bonito pelo para ser bonita, ahora soy yo y va a dar igual que tenga el pelo corto, largo o mitad de cada.


Hubo momentos tristes en los que sentía que el suelo se hundía bajo mis pies, pero hubo otros en los que me sentía tan plena que la muerte no me asustaba. Esos momentos se los debo al mar, al ruido de las olas, a la brisa, a la luna llena, al sol... Que mi parte animal conecte con la naturaleza me hace sentirme más viva que nunca y que la soledad no sea tal, ella siempre me acompaña.

martes, 2 de julio de 2013

Adictas a la tristeza

Adicta, porque me engancha, porque me duele y quiero más, porque sé que no me sienta bien, porque aun así sigo queriendo sentirla una vez más, porque me desgarra por dentro y a pesar de todo la busco, y sino la busco ella siempre me encuentra, porque quiero dejarla y no puedo, nunca podré, es una compañera eterna, la brevedad eterna que dura la vida.

Tristeza, tristeza que no me abandonas, tristeza que anda entre las sombras acechando en los momentos de flaqueza, tristeza, que sin ella las alegrías no tendrían sentido. Tristeza cuando sangro por dentro y cuando sangro por fuera. Tristeza porque me da la gana, tristeza porque hace años se murió mi abuela y seguimos conectadas, tristeza porque muchas más murieron sin probar la vida, tristeza por la sexualidad perdida en cada útero bloqueado, tristeza en momentos alegres, fugaces como una sonrisa, tristeza porque la vida se nos escapa con cada latido y la dejamos morir por cada corazón roto, tristeza porque no entiendo nada, tristeza porque entiendo todo demasiado bien y no me gusta lo que veo, tristeza porque el mundo es una mierda, tristeza si lucho, mucha más tristeza si dejo que la corriente me arrastre, tristeza porque os quiero y el tiempo nunca es suficiente, tristeza cuando estoy sola, tristeza si estoy contigo, tristeza porque sé que muero, tristeza por seguir viva.

Tristeza, te odio y te quiero, te mataría si pudiera, pero te necesito. Te necesito porque me ayudas a pensar, a pensarme y a mirarme a mi misma, porque me haces ver que nada es para siempre, porque cuando salgo de ti los buenos momentos son mucho más intensos. Intensidad, como saber que la muerte nos llega a todas y notar el sabor de la sangre cuando te muerdo, intensidad es lo que quiero sentir y tú me ayudas, por eso soy adicta a ti, mi única droga.


Este texto se lo dedico a todas las personas que están, han estado o estarán tristes en algún momento de su vida, y estando en ese proceso de la vida alguien les ha querido obligar a salir de ese estado a base de hacerles sentir peor, porque la tristeza de otras les ha recordado su propia tristeza y no han sabido plantarle cara a sus miedos. Por nuestro derecho a estar tristes, a enfadarnos, a cabrearnos y romper cosas; porque la felicidad son momentos que vienen y no un estado perpetuo; por el derecho a llorar y gritar a pleno pulmón en cualquier momento y lugar sin ser juzgadas. Por mí, por todas.

jueves, 20 de junio de 2013

Mi propia enemiga



Llevo años luchando el tema de las relaciones, insistiendo en que la revolución empieza por una misma, que se expande desde nosotras, desde nuestras propias comunidades y que sale a la calle de manera inevitable. Y no sé cómo, bueno, si que lo sé, pero es una mierda que no quiero aceptar, pero un día bajas la guardia y te conviertes en quien criticas y odias. De repente llega un día en el que te sientes poderosa, te ves rodeada de gente que piensa como tú, que te dan la razón, piensas que tienes motivos suficientes, que estás harta de ser una blanda y una niña buena, te autoconvences de que el otro bando está ahí para fastidiarte y que tú a ellxs les das igual, decides ponerte firme y eso no está mal del todo, luego empiezan las bromas, las notas, las malas caras, la distancia, se pasa el límite del que no puedes volver atrás. Entonces pasa que os miro a los ojos y no puedo evitar llenar los míos de lágrimas, son demasiados recuerdos, demasiadas emociones, demasiadas vivencias en pocos meses, casi no nos conocemos y nos conocemos demasiado, el frío y la necesidad nos unieron, pero de ahí crecieron sentimientos sinceros de compartir y crear, crear de la nada, de cero, de la mugre y lo inhóspito nació un hogar.

Pero todo esto pasó, ahora nada volverá y solo nos queda aprender, pensar sobre como dejamos que pasara, como la falta de comunicación nos dejó frías y distantes, nos dejó sin comunidad, no supimos afrontarlo a tiempo, se nos fue y ya no conseguimos atraparlo sin que nadie saliera herida. Ahora solo queda aprender a no volver a ser así, a no coger poder, a no aprovechar el poder de ser más, a no crear grupos de poder, a que tener la razón (o creer que la tienes) no te da derecho a machacar a nadie, a que aunque alguien haya tenido comportamientos chungos no me da derecho a ser una chunga y a hacer daño, sobretodo hay que aprender a hablar desde el cariño, desde ese cariño que se perdió y que entre lágrimas y abrazos volvió pero que no fue suficiente para solucionar nada. Ahora solo nos queda el presente y mirar si en ese futuro estamos juntas, sólo depende de nosotras, sólo depende de lo que queramos y podamos. Aún así, quiero destacar que aunque nunca volviéramos a vernos mereció la pena estos meses juntas. No hay que bajar la guardia, tú puedes convertirte en aquello que odias si no le prestas atención, algo dentro de mí quería decirme que no lo estaba haciendo bien, pero preferí apagar mi conciencia y no le hice caso. Hay que escucharse más, sentirse y sentir más, empatizar con lxs demás es también quererse a una misma. Aprender duele y yo ahora sé más que nunca

lunes, 3 de junio de 2013

Bailando con lobas

Buf. Hace tiempo que tengo ganas de escribir, pero pasa que se me pasa el tiempo volando, viviendo, riendo, abrazando y soñando. Y así, de repente, me doy cuenta que llevo más de un mes sin poner lo que siento en palabras.

El mes pasado estuve en un encuentro de mujeres y la verdad es que desde entonces vengo con las pilas cargadas, aprendí y compartí muchas cosas que ahora forman parte de mí. A pesar que la palabra "mujer" pueda suponer un peso para mí, comprendí las distintas formas de verse y sentirse "mujer" para otras, eso sí todas me dejaron un buen sabor de boca. Algo común a todas, algo que no escapaba dentro de nosotras es esas ganas inmensas de cambiar nuestra realidad, de deseducarnos, de reeducarnos, de redefinir nuestra posición social, de recuperar lo que nos quitaron, de redescubrir nuestros cuerpos sin culpas, sin tabús, sin agredirnos ni mutilarnos, siendo dueñas de nuestro placer, dejándolo todo en nuestras propias manos y no confiándolo a un sistema heterofalocéntrico. En esos días aprendí a escuchar mejor, a empoderarme, a mirar a los ojos y hablar desde dentro, desde lo que tenía callado y necesitaba decir. Aprender a no juzgar es algo que también aprendía allí, aunque esto que me está costando más de lo que yo pensaba, es mi tarea pendiente, es tan fácil caer en juicios y coger una posición de seguridad/superioridad que bajarse de ahí es complicado. Vivo muy bien en mi círculo de iguales, pero compartir esos días con "mujeres" diversas me ha ayudado a ampliar mi mente, a no cerrarme, a aprender a escuchar pensamientos diferentes. Me gustó como fluyó todo, como nos organizamos, como colaboramos, como se resolvimos los momentos de tensión, como creamos espacios, fue muy bonito.

Con todo esto me di cuenta, después de pasarme mucho tiempo rodeada de personas socializadas como hombres, que estar entre "mujeres" me cuesta, pero el esfuerzo merece la pena, es brutal como estando en este lugar entre todas fuimos construyendo conocimiento a través de nuestras propias experiencias. Con más o menos dureza todas hemos sufrido agresiones en este sistema patriarcal, pero yo me niego a reconocerme como la sociedad quiere vernos, como víctima indefensa que necesita protección de su maldita policía o de un marido bondadoso. En este sentido no soy una víctima, soy una superviviente, me niego a quedarme en el rol de débil y pobrecita. Me siento SCUM y ni tú ni nadie me va a obligar a que piense diferente o que oculte lo que pienso. En un mundo que me agrede y quiere callarme, yo quiero gritar, pegar, usar tijeras y juntarme con otras locas como yo que quieran hacer lo mismo. Nos habéis tocado demasiado las narices, ya estamos hartas, nos estamos empoderando, nos estamos juntando, y sí, estamos conspirando contra vosotros, aunque no es lo único que hacemos, no sois nuestro universo. Somos brujas malas, feas, gordas y con pelos en las piernas, pero sin pelos en la lengua.

Si tú también estás harta coge las tijeras, sirven como arma defensiva, pero sobretodo sirven para cortar con todos los prejuicios y estereotipos que se nos imponen. Cortemos nuestras etiquetas y prendámoles fuego.

miércoles, 24 de abril de 2013

Días de chocolate negro (sin azúcar)


En momentos en los que la vida me sonríe tanto y en los que yo le devuelvo una carcajada pareciera que no hubiera tiempo para los momentos más introspectivos, y eso no es así. No sé si soy positiva, seguramente en un pasado fui más bien pesimista, pero no me acuerdo muy bien, es más, no quiero recordarlo; prefiero decir que estoy positiva, y de momento con esto me vale.

Sale el sol, es primavera, las hormonas fluyen en el ambiente, los colores vibran y yo vibro con ellos, bailo, canto, me río, me supero, me emociono, río hasta que me duele la tripa o me quedo sin aire, abro bien los ojos, observo a mi alrededor y suspiro. Entre nuevas emociones y nuevas relaciones toca también mirarse por dentro, hoy no vale llorar en el hombro ajeno, hoy soy yo, hoy estoy sola. Vuestra compañía me alegra, me da vida, me hace sentirme bien, pero no puedo dejar la carga de mi felicidad y mi libertad sobre otrxs, debo ser consciente de quien soy, de que soy, de como estoy ahora. Quiero cerrar los ojos y volar por mi mente, sentirme libre, sentirme sola, aunque sé que estáis cerca necesito alejarme para sentirme yo.

 No es que hoy esté triste, pude que sea nostalgia, puede que sean las hormonas, puede que sea la luna, puede que sea el sol, puede ser que el aire contaminado de Madrid haya nublado mi mente por un instante. Puede que seas tú, la distancia y el tiempo no me hacen olvidarte, tú, que te fuiste para no volver, que apareces en mi mente cuando cierro los ojos, que te infiltras en mis sueños, que nos abrazamos y nos besamos, mi almohada se convierte en ti y la estrujo hasta que al despertarme desapareces. Pero tú no eres sólo tú, tú sois muchas, sois muchos, sois parte de una historia, de mi historia, de nuestra historia. Y da igual que fuera un abrazo fugaz en medio de un concierto en el que un segundo hizo despertar los recuerdos de una época de emociones a flor de piel, da igual que fueran largas noches de hablar y no dormir, da igual que esas noches se repitieran durante años o durante meses o que fueran sólo de un día, da igual si hubo sexo o no, o si sólo fue sexo y nuestras manos leyeron nuestros cuerpos en la oscuridad de la habitación o a la luz de una farola, da igual si sólo nos miramos y nos sonreímos al cruzarnos en una ciudad fría y por un momento nuestras miradas encendieron el cielo, da igual si la sociedad te etiquetó como hombre o mujer, da igual si fuiste humanx o no, da igual si hablabas mi idioma, nuestra piel sentía un lenguaje común, da igual que pensásemos de manera diferente, quizás ahí residía parte del encanto, ahora todo da igual, ya formas parte de mi historia, tienes un lugar en mi memoria para siempre.

sábado, 9 de marzo de 2013

Estamos en continuo movimiento

Desde hace unos diez días mi percepción de la realidad está cambiando a pasos de gigante. Siento una gran conexión conmigo misma: sé que es lo que quiero y lo persigo con más fuerza que nunca, pero no sólo lo persigo sino que lo toco, lo rozo y, en ocasiones, lo alcanzo. Pero sobretodo os siento a vosotrxs, no tengo que conoceros para saber que estáis ahí, que nos vemos en los sueños, que volamos juntxs hacia un nuevo mundo, sé que lo estamos consiguiendo, veo el cambio en vosotrxs, sois vosotrxs quienes construís este presente, sois quienes sostendreis el futuro.


No puedo, y no debo, dejar de moverme, de cambiar, de estar de un lado a otro. Los caminos que he ido construyendo me han llevado a conocer a muchas personas, gente maravillosa, gente que ya no está en mi vida, gente que pasó dejando huella. No quiero ponerme triste, asumo que no soy siempre la misma y que la gente que me acompañaba hace 10 años en mi vida no tiene por qué caminar de mi mano. Ya no estamos juntxs en esto, pero fue bonito e intenso, cuento con que alguna tarde nos crucemos por la calle, la fuerza del destino, y así podamos sentarnos un rato hablar recordando lo bien que lo pasábamos, pero sin prometernos que volveremos a vernos ni a quedar como antes, promesas vacías que quedan en la nada. Acepto que crecer implica perderos a algunxs, pero significa encontrarme con otrxs, y sobretodo significa encontrarme conmigo misma. Podría engañaros para seguir juntxs, para atraparos, podría ponerme una máscara frente al mundo para no tener que enfrentarme a la soledad y cubrir las carencias asumir la dependencia que nos crea este sistema, pero cuando estoy a solas en la oscuridad de mi cuarto no puedo mentirme a mí, en el silencio de la noche solo estoy yo. Hace tiempo que decidí arrancarme el disfraz y ser yo misma, frente a vosotrxs, frente al mundo, frente al espejo.

Si hay algo que marca mi camino en este momento es la incertidumbre, la continua cuerda floja de no saber que va a pasar con mi vida. Al principio la temía, quería mi seguridad, mi falsa seguridad, un sitio estable donde vivir, estudiar en un lugar estable con las mismas personas, tener relaciones estables, creyendo en un mundo estable. Pero si algo he descubierto de ese mundo estable es que es aburrido y su aparente tranquilidad es falsa, decidí prender fuego a la palabra estable dentro de mi mente, que arde junto a la palabra amor, para así no tejer relaciones verticales, ni crear expectativas, ni atar a las personas, ni dejar que me aten ni me atrapen, ahora quiero volar libre. Decidí romper con lo establecido en mil pedazos y no volver a recomponerlos nunca más. Vivo sin saber si mañana seguiré con vida, igual que cualquiera, pero yo lo digo, me lo repito para no quedarme inmóvil viendo mi vida pasar.


Me despierto con una sensación de vértigo, me levanto y miro mi reflejo, miro mis heridas de guerra y contemplo que continúo en la batalla, sigo viva, sigo en continuo movimiento.

Al escuchar tu nombre...



Me levanto con el corazón acelerado, otra pesadilla, otro sueño intenso, real, tan real como el cuchillo que se clavaba en mi garganta impidiéndome gritar, es inútil intentar despertar. Ahora solo quiero cerrar mis ojos volver al sueño o a la pesadilla, el nombre da igual, quiero controlarlo, verte allí, sé que volveremos a hablar, sé que me da miedo, sé que sabía que este momento llegaría, pero el saberlo no le quita su componente emocional. Te escucho, escucho tu nombre, un escalofrío recorre mi cuerpo, debe ser una broma, no te había visto, no podía ser, me pongo nerviosa, intento asimilarlo, no quiero irme, tampoco quedarme, me paralizo, el miedo me ha dejado inmóvil. Me río, la risa nerviosa se apodera de mí, te miro de reojo, casi no te veo, te escondes, te siento, te vuelvo a mirar, sé que me has visto, sé que a ti también te mueve, no sé que sientes, pero lo sientes, lo noto, nos conocemos demasiado bien. El silencio, después lloro, observo a mi alrededor, somos demasiado parecidas, tú también has llorado, tus ojos te delatan, me voy, me escondo, lloro más, lloro para no pensar, lloro para no ser, lloro para no estar, lloro para escapar, lloro por el pasado, lloro por este instante en el que comprendo que nada será igual, lloro porque sin que pasara nada todo pasó, todo se acabó. Vuelvo y sigues ahí, cada una busca su refugio, su isla de calma, su círculo de confianza donde ser comprendida sin ser juzgada, en el pasado hubiéramos estado las dos juntas, compartiendo risas, abrazos y llantos. Estás cerca, te siento, aunque sea lejos, siento que te escapas, que contigo se esfuman una de las etapas más intensas de mi vida, sólo quedan las fotos, las cartas rotas, las dedicatorias, los intentos por recordar, las risas, los debates, las escapadas, los viajes, el feminismo, el veganismo... Hecho de menos caminar con tu mano al lado, juntas la vida era intensa, eso no volverá, no pasa nada, respiro, me calmo, te veo sonreír y sé que el futuro es nuestro aunque en nuestros caminos no se crucen nuestras palabras.

Es tan blandito...

lunes, 28 de enero de 2013

Sólo por un segundo

El otro día tuve una experiencia breve, intensa y reveladora, aterradora tal vez.



Sólo por un segundo jugué a tu juego, a vuestro juego, me puse vuestra máscara, la interioricé, os observé, os copié y os imité. Sólo por un segundo hice lo que hacéis siempre, por un segundo me puse por encima, levanté la barbilla, alcé mi cara con seguridad, me sentí fuerte e importante, me di aires de superioridad pero sin ser repelente, agarré mi bebida con una mano y la otra la llevaba dentro del pantalón, mi cabeza pensaba "hey nena, ¿qué pasa? No disimules, sé que te gusto". Sólo por un segundo observé a mi alrededor y las vi a ellas, estaban bailando o hablando o riendo o emborrachándose, y yo estaba allí arriba mirándolas sin que se dieran cuenta, observando sus caras, sus pechos, sus modelitos ajustados, sus "perfectas" figuras, sus culos, sus piernas, sus tacones de vértigo. Así podía ser uno más, era uno de ellos, uno de esos tipos guays de la zona VIP de las discotecas, y ellos parecían aceptarme como uno más, pero se alejaban de mí, ya no querrían acercarse a una tía que mira y piensa como un tío, no se acercarían a una "desviada", ya no era un objetivo con el que ligar. Era irónico, librarse de los babosos convirtiéndome en uno de ellos, para no ser un objeto sexual de machos insatisfechos emocionales tenía que objetualizarlas a ellas. Sólo por un momento jugué a tu juego y dio asco, me di asco a mi misma, me dio asco saber lo fácil que es entrar en su juego de machos, aún teniendo apariencia femenina se puede ser un macho ibérico, baboso y asqueroso.

¡NUNCA MÁS, NI TE ATREVAS A MIRARME ASÍ, A MIRARNOS ASÍ, NO SOMOS TÚ MALDITO JUGUETE SEXUAL!

¡NUNCA MÁS, NUNCA MÁS ENTRARÉ EN VUESTRO JUEGO, VUESTRO MUNDO DE MACHOS APESTA!

domingo, 20 de enero de 2013

No son tus pintas, es tu actitud!


No suelo sentir vergüenza ajena, pienso que cada una debe ser responsable de sus actos y que no me tengo que cargar sobre mis espaldas lo que otras hagan, pero el otro día me pasó algo yendo en el metro que hizo que me diera vergüenza haber llevado "pintas de alternativa" en alguna ocasión. Trabajando los fines de semana por la noche una ve muchas cosas que no le gustan, y más si una no bebe ni fuma ni se droga de ninguna otra manera. En invierno el metro se convierte en un botellódromo ambulante, la gente joven ya no puede esperar a llegar a su lugar de fiesta habitual, tienen que chuzarse en el trayecto molestando a todas las demás personas que viajan, la falta de respeto que se respira es inmensa. Este espectáculo alcohólico lo veo cada día que salgo a trabajar o simplemente cuando voy a darme un paseo por el centro durante el fin de semana. La gente que participa de esta forma de "diversión" suelen ser jóvenes, en la mayoría de los casos bien arregladitos/as y maqueados/as para exhibirse en el mercado nocturno.

Hace tiempo, cuando rondaba los 20 creía que la estética era una manera de identificarme con gente que tuviera ideas afines a las mías, esa pompa me estalló en la cara hace tiempo, cuando me di cuenta que mi facultad estaba llena de modernas/os sin conciencia ninguna, su estética era su revolución, su cabeza no les acompañaba. Teniendo claro que las apariencias no conforman las ideas debería dejar de enfadarme cada vez que veo un punki borracho o una punki con actitudes machistas, pero no puedo. El otro día no pude no sentir asco y vergüenza cuando un grupo de chicos y una chica con estética punk y alternativa iban haciendo botellón dentro del metro, no contentxs con eso estaban fumando, ahumando a todas las personas que estábamos allí, yo me encapuché para intentar no contaminar mis pulmones demasiado, todo el mundo les miraba mal pero nadie hacía nada (ni siquiera yo). Emanaban "rebeldía", así es como se sentían, decían "me la suda que no se pueda fumar aquí", en realidad lo que yo traduzco es que les da igual el resto del mundo, sólo importa su ombligo y el de sus cuatro colegas. No contentos con dar ese horrendo espectáculo e intoxicar al personal empezaron a soltar comentarios machistas, uno detrás de otro, con aprobación de la única chica del grupo (que parecía uno más). Comentarios del tipo "si es que van provocando" o "eso no es una falda, es un cinturón" o "lo van pidiendo a gritos", acompañados de "siéntate en mis piernas si quieres, guapa". Las faltas de respeto eran un no parar, en serio, no sé como no pude reaccionar, como no hice nada, como no les paré los pies, como no les grité en la cara "Os creéis muy rebeldes, no? Pues sois peor que cualquier pijo de mierda!!", pero no lo hice, no quería envenenarme nada más empezar la noche, aun así sé que debí haber hecho algo. Este tipo de gente se sienten con impunidad para hacer lo que les de la gana, juegan con que el resto les tienen miedo y que nadie les dirá nada, y si alguien lo hiciera es porque es un facha o un pijo, pues yo no soy nada de eso y les hubiera dicho tantas cosas. Por primera vez me sentí orgullosa de llevar mi disfraz de niña mona que sale de fiesta, a pesar de llevar media cabeza rapada nadie me identificaba con ese grupo porque claramente yo tenía aspecto de moderna pijilla y no de punki costra, me sentí bien de no pertenecer a ese grupo. Me dio rabia que la gente que los viera pensasen que la gente que nos rebelamos somos así, que eso es la anarquía y ser rebelde, quise gritarles a todxs "Ellxs no son anarquistas ni rebeldes, ni siquiera son alternativxs, sólo son unxs borrachxs que no tienen respeto por nadie, ni por ellxs mismxs. La anarquía es la lucha contra la autoridad, no la lucha contra nuestrxs vecinxs y compañerxs, ni tampoco es la lucha contra nuestros hígados y pulmones, o los pulmones ajenos. Para mí la anarquía es abstemia o no lo es, el control social que producen las drogas no caben dentro de un mundo nuevo que lucha porque no haya jerarquías y porque todxs seamos libres. Las drogas te atan, no te liberan."

Este tipo de acontecimientos me hacen plantearme mis prejuicios sobre las pintas de lxs demás, que alguien vista de determinada manera no quiere decir que vaya a ser un rebelde o un/a pijo/a de mierda, lo importante es nuestra actitud, nuestra forma de movernos por el mundo es lo que hace que éste cambie. Yo apuesto por las relaciones sinceras y libres, y si vienes a conocerme que sepas que no me importan tus pintas, lo que cuenta es tu actitud.