sábado, 9 de marzo de 2013

Al escuchar tu nombre...



Me levanto con el corazón acelerado, otra pesadilla, otro sueño intenso, real, tan real como el cuchillo que se clavaba en mi garganta impidiéndome gritar, es inútil intentar despertar. Ahora solo quiero cerrar mis ojos volver al sueño o a la pesadilla, el nombre da igual, quiero controlarlo, verte allí, sé que volveremos a hablar, sé que me da miedo, sé que sabía que este momento llegaría, pero el saberlo no le quita su componente emocional. Te escucho, escucho tu nombre, un escalofrío recorre mi cuerpo, debe ser una broma, no te había visto, no podía ser, me pongo nerviosa, intento asimilarlo, no quiero irme, tampoco quedarme, me paralizo, el miedo me ha dejado inmóvil. Me río, la risa nerviosa se apodera de mí, te miro de reojo, casi no te veo, te escondes, te siento, te vuelvo a mirar, sé que me has visto, sé que a ti también te mueve, no sé que sientes, pero lo sientes, lo noto, nos conocemos demasiado bien. El silencio, después lloro, observo a mi alrededor, somos demasiado parecidas, tú también has llorado, tus ojos te delatan, me voy, me escondo, lloro más, lloro para no pensar, lloro para no ser, lloro para no estar, lloro para escapar, lloro por el pasado, lloro por este instante en el que comprendo que nada será igual, lloro porque sin que pasara nada todo pasó, todo se acabó. Vuelvo y sigues ahí, cada una busca su refugio, su isla de calma, su círculo de confianza donde ser comprendida sin ser juzgada, en el pasado hubiéramos estado las dos juntas, compartiendo risas, abrazos y llantos. Estás cerca, te siento, aunque sea lejos, siento que te escapas, que contigo se esfuman una de las etapas más intensas de mi vida, sólo quedan las fotos, las cartas rotas, las dedicatorias, los intentos por recordar, las risas, los debates, las escapadas, los viajes, el feminismo, el veganismo... Hecho de menos caminar con tu mano al lado, juntas la vida era intensa, eso no volverá, no pasa nada, respiro, me calmo, te veo sonreír y sé que el futuro es nuestro aunque en nuestros caminos no se crucen nuestras palabras.

Es tan blandito...

No hay comentarios:

Publicar un comentario