domingo, 30 de diciembre de 2012

De paseo con la muerte

Desde hace días necesito compartir una experiencia que está cambiando mi percepción del mundo. Hay momentos en la vida que son únicos, inolvidables, memorables, grandiosos; días en los que la vida parece mostrar su mejor cara o días en los que la crueldad de la existencia te hace madurar a pasos de gigante. Pero hay veces en que los momentos que te hacen reflexionar y cambiar tu rumbo no son días, ni horas, ni minutos; son instantes, unos segundos que se marcan a fuego en la piel.

 
La muerte, qué decir de ella que no de miedo, cómo mencionarla sin que se me pongan los pelos de punta, cómo seguir avanzando sabiendo que nos espera al final del camino, a todxs, sin excepción ninguna. Hablo de ella porque es la que le da sentido a la vida, sin muerte no hay vida, y la eternidad no entra dentro de mis planes. Hace poco vino a visitarme, fueron sólo unas décimas de segundo, un segundo como mucho, pero allí estaba, arrancándome de mi cuerpo, inyectando su veneno en mí para que no sintiera nada, para que pudiera irme en paz, tranquila. Sentí miedo y me puse nerviosa, sentí que me elevaba, que me iba, que sobrevolaba mi propio ser, se me pasaron demasiadas cosas por la cabeza para haber sido tan poco tiempo. Pensé en el pasado, en la de tiempo que he estado preocupándome por estupideces, tanto rencor acumulado sin sentido, aunque tuviera mis razones para odiar a alguien en el momento en el que te mueres eso ya no importa, el tiempo de odio es tiempo perdido. Pensé también en el futuro, en todos mis proyectos a medias, en todo lo que empiezo y no acabo, en mi inestabilidad, y en como esa falta de constancia le da dinamismo a mi propia existencia. Pensé en toda la gente que ha pasado por mi vida, desde mis vagos recuerdos de la guardería hasta mis relaciones más recientes, si lo pienso se me encoge el corazón, son tantas personas las que me han marcado que no puedo evitar emocionarme. Pensé mucho, como si el tiempo se hubiera parado,  pero rápidamente mis pensamientos aterrizaron y el miedo que sentía se convirtió en estado de alerta, esto me hizo pensar fríamente, fue sólo un segundo, entonces hablé conmigo misma y me dije: "o te salvas tú o no te salva nadie". Fue entonces cuando un sencillo gesto me devolvió a la realidad, a la vida, volví del camino sin vuelta, no vi más allá, sólo vi un fin, tranquilo y sosegado por la droga generada por mi propio cuerpo, pero un fin, sin nada al otro lado.

Lo curioso de esta historia es que uno de los borradores que tenía preparados antes de que tuviera esta experiencia hablaba de la muerte también. Para mí este tipo de coincidencias no existen. A continuación dejo el fragmento escrito del borrador, tal cual lo escribí en su momento, sin modificaciones ni censuras:
En esta noche me siento sola, siento que caigo al vacío, ese vacío existencial que vuelve a mí, como tantas otras veces. Cuando estoy a solas con mis pensamientos le doy vueltas a mi mente, es inevitable pensar en ella, en la que nos espera a todxs, en la que nadie quiere pensar, de la que nadie quiere hablar; pero que, aunque la ignoremos, no podemos eludir la cita con ella. La pienso, la miro, me da miedo, pero también me hace sentir viva, ¿qué es la vida sin la muerte? Avanzar contrarreloj me hace apreciar cada instante, cada momento, me ayuda a elegir, a saber cuales son mis prioridades.

Hoy hace una semana de mi renacimiento y quiero celebrarlo con este texto. Hay una canción de rap (ahora mismo no me acuerdo bien de quien es) que dice "somos el tiempo que nos queda" y nada mejor que aprovechar ese tiempo que somos construyendo nuestro propio destino ahora mismo, mañana es tarde. AHORA O MUERTA.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Cristales rotos




Ser sincera, admitir la derrota, agachar la cabeza, volver a levantarla, caerse, arratrarse, levantarse, mirar al frente, mirar bien lejos, mirarte en un espejo y aceptar lo que eres, lo que fuiste, sin saber muy bien qué serás mañana o si seguirás viva. Lo importante es lo que te mueve por dentro, que mierdas sabe nadie de ti, que se jodan, que se pudran en el cielo, el infierno me lo quedo para mí, allí hace calor y el fuego limpia mi conciencia, dispersa los recuerdos turbios del pasado.

Somos fríxs, gélidxs, heladxs, estamos muertxs, sólo importamos nosotrxs, sólo existimos nosotrxs, el mundo puede estinguirse mientras sigamos vivxs; sentimos indiferencia, odio, rencor, avaricia, envidia; hay sangre y vísceras por todas partes, corazones abiertos derramando venganza. Esa venganza alberga nuestro odio, se volverá contra nosotrxs mismxs, nos clavará cirstales rotos en nuestras entrañas, sangraremos sin saber por qué. Nos acostaremos, dormiremos, tendremos pesadillas, gritaremos sin abrir la boca mientras damos vueltas en la cama, y antes de despertar escupiremos sangre después de haber masticado cristales rotos. Caminaremos en la oscuridad, sin rumbo, vagando en una espiral infinita, solas, tristes, sucias, descalzas, caminando sobre cristales rotos. Finalmente nuestro odio se encontrará a sí mismo reflejado en un crsital, un cristal roto, que clavará sus pedazos en nosotrxs, entonces será demasiado tarde, entonces ya no podremos mirar atrás. Nuestros ojos lloran sangre, nuestra garganta está ya rota, nuestras manos inmóviles intentan agarrarse para no dejarnos caer, nuestras piernas ceden, caemos al suelo, pero no hay suelo, nada nos sostiene, ceamos al vacío, caemos una y otra vez, caemos y en el fondo solo hay cristales, cristales rotos; la muerte nos espera allí, la aceptamos, la miramos y sonreimos, sabemos que es el fin, pero ya nada importa, nuestro odio se clavó en nosotrxs, como cristales, como cristales rotos.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Si todavía estuviéramos juntas




Si todavía estuvieramos juntas, si siguieramos compartiendo desayuno, comida y cena; si tuvieramos esas conversaciones eternas, esas noches en vela disfrutando de saber que estamos vivas y nos tenemos las unas a las otras; si siguieramos riéndonos juntas, ajenas al resto del universo; si todavía pudiera ver vuestras caras por las mañanas al despertar; si pudiera volver atrás cogería cada segundo para guardarlo y no soltarlo nunca. Pero esto ya no va a suceder jamás, ya no es posible, el mundo da muchas vueltas, pero nuestro mundo ya ha sido exprimido y agotado, ya no hay vuelta atrás, todo acabó. Si siguieramos juntas os contaría tantas cosas: que me enamoro y me desenamoro cada día, cada noche, en cada sueño; que ahora tengo una nueva vida, que salgo mucho por las calles de Madrid, que las conversaciones por la noche sin vosotras ya no son iguales; que me abro paso hacia un futuro laboral duro y precario en los tiempos en los que vivimos; que sigo estudiando idiomas intentando abrir mi mente hacia nuevos horizontes; que tengo muchos planes en la cabeza, que quiero hacer un montón de viajes, que ahora conozco a nuevas personas que van ocupando mi corazón, pero que vuestro espacio en él sigue intacto, que todavía os recuerdo, que vuestra presencia en mi mente me deja un sabor agridulce. Os diría que tengo muchas dudas, muchas preguntas, nuevos caminos se abern delante de mí, todo es raro y nuevo, pero a la vez siento que mi vida es cíclica y que hay experiencias que ya he vivido; os diría que hay días en los que despierto angustiada en la soledad de mi cama gritando y llorando en silencio, y que en otros me sumerjo en el fondo de mis deseos del subconsciente y me dejo llevar, lo siento, lo vivo, sé que estoy soñando, lo controlo, lo dejo fluir hasta que el despertador devuelve mi alma a mi cuerpo, ese cuerpo que me ata y me libera al mismo tiempo. Quiero contaros tantas cosas, pero no estais, estais tan lejos, quisiera compartir tantos momentos buenos, tantas dudas e inseguridades, quisiera saber qué pensais, cómo estais, qué es de vuestras vidas, cómo sentis, saber que seguís vivas y contentas me vale.

Aunque sé que vosotras seguis con vida, estais fuera de la mía, y en estos momentos se me viene a la cabeza la canción de Payo Malo de Debido al Olvido: "El mundo gira aunque sea sin ti, el mundo gira y tú no estás aquí" "Es ley de vida, aunque a veces se me olvida, debido a este olvido tu muerte me causó heridas, busco una razón que impida sentirme triste, ahiora que te fuiste, mi corazón suspira".

Madrugadas de nostalgia gritándole a la nada...


viernes, 26 de octubre de 2012

Nunca seré una chica Bond




¿Te has preguntado alguna vez por qué se cuestiona tanto el físico de las mujeres? ¿Por qué somos admiradas cual escultura o piedra preciosa? ¿Por qué somos exhibidas en escaprates, revistas, pasarelas, películas...? ¿Por qué debemos entrar en sus tallas? ¿Por qué tenemos que adaptarnos y amoldarnos a sus normas? ¿Por qué para ello debemos malnutrirnos, encorsetarnos, echarnos potingues, operarnos, o mejor dicho, mutilarnos? ¿Por qué nos hacemos daño constantemente? ¿Por qué, si sabemos que estamos mutilando nuestro cuerpo, seguimos haciéndolo? ¿Por qué no paramos? ¿Por qué nos cuesta tanto salir de la rueda del consumo de cuerpos, superficial y vacío? ¿Por qué no decimos basta? ¿A que tenemos miedo? ¿Tenemos miedo de que no nos acepten? ¿Tenemos miedo a estar solas? ¿O tenemos miedo de nosotras mismas? Es el miedo a saber que no somos perfectas, a mirarnos al espejo sin trampas, sin maquillajes y ver que el reflejo no nos gusta, pero no por nuestro cuerpo, sino por lo que esconde. Lo que esconden los cuerpos, lo que encierran en sus cabezas duele más que miles de agujas atravesando el corazón, las palabras machacan tu cabeza, te dicen cómo tienes que ser, cómo no debes ser, cómo hacer para gustar a alguien, para atraerle, en definitiva, cómo perfeccionar tu envoltorio (aunque el interior esté destrozado y roto) para conseguir engañar a alguien que te quiera. Pero este engaño no dura siempre, tarde o temprano el cuento de hadas acaba, para bien o para mal. Los míos acabaron para bien, no me gustan, me hacen daño, no quiero más príncipes azules, ya no quiero ser princesa. Ya no quiero esperar ni sufrir por culpa del amor romántico, pero, en ocasiones, mientras duermo, el miedo vuelve, vuelve para recordarme que vivo en una sociedad patriarcal, que se mantiene en pie debido al miedo y a la escsez, en realidad se sostiene por el racionamiento del deseo, de los sentimientos, del amor (o como queráis llamarlo), del cariño. Sólo una persona que tiene poco teme perder ese poco que tiene (los celos), en la abundancia no hay miedo a perder porque siempre hay. La lucha está en conseguir que todxs tengamos cariño de sobra, amor de sobra y que nuestros deseos cobren forma, que no se aislen en una habitación oscura y triste a llorar porque el miedo los dejó cerrados.

Dejaré volar mi cabeza y mi cuerpo siempre que no vuelva el miedo, me miraré en el espejo para gustarme y quererme, me miraré todos los días, una y otra vez para decirme: "no soy una chica Bond, ni lo fui, ni lo seré; es más, no quiero serlo. Solo quiero ser yo, quiero ser libre y, si quieres, compartiremos la alegría de luchar por nuestras libertades, pero si vienes a quitarme la mía será mejor que te busques otro lugar donde depositar tus miserias; mi cabeza vuela libre, no intentes atraparla."

domingo, 7 de octubre de 2012

Llámame loca




Llámame loca por gritarte por la calle, por perseguirte con mis tijeras y mis botas, llámame loca por defenderme. Llámame loca por estar alerta y mirarte mal cuando pasas por mi lado, por responder con contundencia a las agresiones, por querer seguir saliendo sola sin necesidad de un macho a mi lado. Llámame loca si quieres, pero no vas a conseguir callarme, gritaré hasta que reviente mi graganta o hasta que tus oídos sangren. Llámame loca, bruja, puta, guarra, desviada, histérica, cortapollas, hembrista, feminazi,  exagerada, inestable... Llámame lo que quieras, que seguiré pensando por mi misma, luchando por mi autonomía, ni tú ni ningún machito va a decirme cómo me debo comportar, qué tengo que hacer, hablar o pensar, cómo debo vestirme o desvestirme. Si quieres sumisión deberás matarme, pero después de muerta no te serviré, seguiré siendo libre, más libre que ahora. No quiero tu aprovación, no la necesito; no quiero tus paternalismos, no necesito que me protejas, no soy la damisela en apuros; no quiero tus piropos, no necesito que me recuerdes que soy un objeto de admiración y como tal así me tratas; no te quiero ver, ni oir ni soportar, sobre todo no te quiero en este mundo. Lo único que quiero es que entiendas que NO SOY TUYA y que NO SIGNIFICA NO.

Ha quedado claro machito engreido tocaculos? Si te alcanzo, la próxima no la cuentas.
Dedicado a las personas que sufrimos el acoso por habitar un cuerpo llamado mujer, seguiremos luchando. Hasta que el último machito haya desaparecido!

jueves, 13 de septiembre de 2012

La ley del más fuerte

 
Si queremos ser libres deberíamos dejar la rabia y la violencia para canalizarla y luchar contra lo que realmente nos oprime, no perdiendo el tiempo en batallas absurdas porque tu colega le ha dicho al colega de mi colega que un día de hace no sé cuanto le dijo no sé qué cosa y le hizo no sé cuál otra. La imposición por la fuerza, ya sea de unos pensamientos o de unas acciones, siempre ha ido ligado al poder establecido, pero no podemos olvidar que todxs llevamos un/a represor/a dentro de nosotrxs, la sociedad nos ha hecho así pero depende de nosotrxs desaprender y volver a aprender nuevas formas de relacionarnos entre nosotrxs. Resolver los problemas a base de hostias no debería ser una opción cuando existe la posibilidad de dialogar, aunque sea de forma mediada, no todxs tenemos que llevarnos bien, ni ser amigxs, se trata de respeto o, simplemente, de dejar vivir al/a la otrx. Si algo tengo claro es que las amenazas no me callan ni me hacen cambiar de opinión, si acaso la refuerzan.
 
Creo que las personas que se pasan su vida odiando a lxs demás no viven, ni dejan vivir al resto, sus malas energías se contagian y hacen que las personas que lo notan se alejen o acaben contagiándose de ese espíritu destructivo. Yo no quiero pasarme mi vida odiando y, aunque sé que hay gente que no perdonaré en la vida, el odio pasa y no dura para siempre, pero esto lo hago por mi salud física y mental, no por la persona a la que no soporto. Hace tiempo que intento asumir que no le caigo (ni le caeré) bien a todo el mundo, incluso asumo que hay quien me odia y quien me quiere ver fuera del planeta (o por lo menos de su vista). A la vez que asumo esto me centro en todxs lxs amigxs que tengo, lxs que tuve y lxs que me quedan por conocer; toda la energía positiva que me aportan, los momentos juntxs me llenan de vitalidad.
  
Imponer por la fuerza (ya sea física, verbal, de poder, de privilegio...) es algo que prefiero dejar en manos de quienes se llenana de odio, mi fuerza interior la uso para llenarme como persona y para compartirla con quienes estén conmigo. Esto no quiere decir que no me vaya a defender de las agresiones ni que no ataque las injusticias, pero a parte de esto existe un umbral de debates, discusiones, conflictos, problemas, peleas que pueden gestionarse de otra manera. Para crear un mundo nuevo debemos crear propuestas de cambio desde la base, desde nosotrxs mismxs.
 
SU LEY DEL MÁS FUERTE NO CALLARÁ MIS PENSAMIENTOS, NI CALLARÁ MI VOZ HASTA QUE NO ME CORTEN LA GARGANTA.

viernes, 31 de agosto de 2012

Quizás mañana...



Hoy me siento fuerte y viva, hoy me comería el mundo, y el universo, hoy bailo y canto y soy feliz, hoy me miro en el espejo y el reflejo me devuelve una sonrisa, hoy no te echo de menos, te recuerdo con cariño y alegría, sabiendo que el reencruentro nos espera cargado de emociones nuevas, hoy vivo el ahora, este instante, este segundo, hoy no hay más días que hoy, vivo el presente, sin recordar el pasado, sin planear el futuro, hoy soy yo, soy como quiero ser. Y sé que quizás mañana piense distinto, quizás mañana vuelva a caer y estar triste, quizás mañana piense que el mundo es una mierda y que no merce la pena vivir, quizás mañana crea que no podré cambiar nunca nada, quizás mañana quiera desaparecer del mundo y esconderme tras mi caparazón, quizás mañana me derrumbe como las viejas casas de mi barrio, quizás mañana... Pero no hoy, hoy me siento yo, siento que me conozco mejor, que paso página, que paso de lxs que me dan asco, paso incluso de sus rumores y sus amenzas. Su violencia demuetra impotencia y yo no voy a caer en ese juego, hoy no, quizás mañana. Y mañana nunca llega y ojalá no llegue nunca y ojalá pueda sentirme así cada día, pero entonces dejaría de ser hoy para ser siempre y eso no sería vida, sería monotonía y odio la rutina.
Empiezo a caminar hacia adelante, me levanto con la ayuda de tu mano, de vuestras manos tendidas en estos momentos jodidos. Hoy soy una chica fuerte, mi mente piensa tanto y tan deprisa que se me escapan las palabras, maldito lenguaje que encierra mis pensamientos, mis deseos, que me constriñe, que controla mi comunicación.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Herederas de Kurt Cobain

Han pasado ya muchos años desde que nos encontramos en el patio de colegio, éramos unas niñas con coletas y uniforme gris, nos gustaba correr y jugar, haciendo volar nuestra imaginación. Fuimos creciendo juntas, mostrando nuestras diferencias con el mundo exterior, también entre nosotras, nuestros caminos parecían separarse. Los fines de semana se volvieron diferentes: cambiasteis la bolsa de caramelos por el tabaco y el refresco por el vodka, también cambió vuestra ropa, ahora más ancha, oscura, rota y sucia. Dejasteis atrás el estilo colorido y alegre de las pelis infantiles, eso ya no iba con vosotras, erais mayores y teníais que demostrárselo a todo el mundo, todxs debíamos saber que escuchabais música grunge (me hicistéis aprenderme ese maldito nombre), que erais muy rebeldes, que odiabais el mundo porque era injusto, que vuestra ropa sólo era el reflejo de vuestra alma rota por la tristeza que asola la humanidad. Mirasteis a la muerte para reiros de ella; dejando de comer hasta poder ver vuestros huesos (gastando el dinero del almuerzo en alcohol y tabaco), obsesionadas con que estabais gordas cuando lo que estabais era enfermas; vuestras cabezas se perdían entre las drogas, aliciente suficiente para desinhibiros, no para ligar como hacían la mayoría, lo vuestro era el estilo suicida, andabais por las barandillas y poyetes de gran altura, os colgabais de una sola mano confiando en vuestra fuerza o confiando en morir pronto para parar vuestra vida agónica. Así nos hicisteis entender que vuestro modo de vida era la eterna tristeza que avanzaba hacia la muerte, pero incluso tristes y oscuras os quedaban fuerzas para mirar mal a quienes no eran como vosotras, odiabais a todxs, decíais sentiros incomprendidas en vustra rabeldía.

 
 
Pasaron muchos más años y la vida no os devolvió la sonrisa, sólo os devolvió vuestra fachada: apariencia de niñas bien, con ropa pija, tacones y maquillaje. Con vuestra ropa se fue la rebeldía que nunca fue más que una transformación estética, sin ahondar en vuestro interior ni en los problemas reales del mundo. Seguisteis drogandoos: bebiendo, fumando y quien sabe que más cosas, ahora lo haciais como todo el mundo, para ligar y evadiros de la realidad. Y yo me pregunto, ¿os seguis sintiendo diferentes a la masa? ¿Seguis pensando que vuestro modo de vida es mejor que el del resto? ¿Seguis pensando que estais por encima del bien y del mal? ¿Seguis riendoos de la muerte? A lo mejor seguis creyendoos mejor que nadie (la prepotencia siempre fue vuestro fuerte), pero sabeis que formais parte del sistema y vuestras críticas hacia lxs demás no lograron ocultar vuestras inseguridades y vacíos. Creisteis ser rebeldes escuchando a Kurt Cobain pero al despertar de la adolescencia amanecisteis en vuestra cama cómoda, con vuestras cosas de niñas pijas.
 
Que ninguna generación más adore a Kurt Cobain. Muerte a lxs ídolxs (aunque ya estén muertos).

martes, 24 de julio de 2012

De paseo por las nubes



Hay momentos en la vida que se convierten en puntos de inflexión, momentos en los que piensas mucho, en los que te debates entre muchas cosas, en los que te enfrentas a tí mismx. Hoy vivo uno de esos momentos en los que todo parece ir mejor, nada será perfecto ni durará para siempre, pero el ahora me vale, el futuro no llegará y prefiero aprovechar este instante, atraparlo y atesorarlo en mi corazón junto a los buenos recuerdos.

Algo me ha conectado a la tierra o, más bien, me ha reconectado. Me siento viva, los paseos por el campo, mi cuerpo al sol en una roca, la oscuridad y el silencio de la noche estrellada, los baños en las pozas y el agua cayéndome en la cara me recuerdan que la necesito para vivir. Mirar a las estrellas es como mirar al infinito, me hace sentir pequeña, ínfima, insignificante, una particula minúscula en medio del universo; y a la vez me hace pensar sobre mi vida, sobre lo que puedo aportar al mundo, a la gente, a mi gente, me siento importante y con ganas de cambiar el mundo, por lo menos quiero cambiar el mio, que en mi epitafio no diga que no lo intenté porque me dejaré la piel en esto.
Las experiencias intensas de la vida nos recuerdan por qué seguir hacia adelante a pesar de habitar en una sociedad que nos niega la vida. Tenemos que mirarnos a los ojos y ser sincerxs. mirarnos por dentro y darnos cuenta que no somos perfectxs ni queremos serlo. Vivir el presente no es olvidar el pasado, es aprovechar este instante sin dejar que nos pese nuestra historia personal: nuestros prejucios, nuestras desconfianzas, nuestrxs enemigxs, nuestros desamores, nuestras venganzas pendientes, nuestros miedos...

Parece mentira, pero en este lugar hostil todavía queda gente que merce la pena conocer y por la que seguir luchando, es por ellxs y por mis ganas de autosuperación por lo que me mantengo en pie.
La vida sigue y yo lucho por alcanzarla.

jueves, 19 de julio de 2012

Estoy cansada...





Estoy cansada de vivir, de hablar, de llorar, de reír, de soñar. Estoy harta de una vida condenada a una perpetua repetición, una espiral infinita de la que no se puede salir si no es con la muerte. Me he cansado de repetir lo mismo una y otra vez, de hablar de lo mismo con la misma gente, de estar siempre en los mismos sitios con la misma gente, de repetir los mismos rituales sociales con la misma gente. Estoy cansada de hablar, de dialogar, de discutir, de debatir, de pensar, de entender, de comprender; y, es que, no quiero entender ni comprender nada, ni a nadie. Quiero estar sola con mis pensamientos, e incluso que mis pensamientos me abandonen y me dejen aún más sola.

Dejadme en paz, estoy cansada, dejadme respirar el aire sucio de la ciudad, dejad que me pudra en mi silencio, dejad que caiga en el vacío, ese vacío existencial que limita mi vida, nuestras vidas. Esto no tiene sentido y aún así quiero seguir viva, todavía no entiendo por qué, quizás por la ilusa probabilidad de que en el transcurso de mi espiral encuentre una respuesta, algo nuevo que le devuelva o le de sentido a seguir en este mundo,

lunes, 16 de julio de 2012

Nada ni nadie-Nach



Hacía tiempo que no escribía acerca de lo que hacen otrxs. Esta canción de Nach describe demasiado bien como me siento en estos momentos de mi vida, así que, he pensado que, en vez de escribir algo parecido, poner el video tal cual con la letra.
Esta canción me remueve por dentro, me hace sentirme nostálgica y triste, pero, a la vez, me da fuerzas para continuar y aprovechar los momentos en soledad como oportunidades en las que conocerme mejor a mí misma y repensar el mundo. A veces estar solx es necesario, ver desde una perspectiva diferente la realidad, esa que te da el silencio y la oscuridad cuando te duermes en tu cuarto solx, cuando la casa se queda demasiado grande aprovecho a recorrerla con la mirada, pienso, suspiro, respiro y sonrío.

viernes, 29 de junio de 2012

Soñando realidades

Esta última semana no paro de soñar intensamente, todos mis sueños son muy reales, demasiado fuertes. En ellos mi cabeza ronda entre el consciente y el subconsciente, las realidades segmentadas de mi vida se mezclan al cerrar los ojos, todo empieza a tener sentido, todo encaja en los sueños. Sueño con finales felices, mi cerebro intenta buscarle descanso a mi cuerpo creándo una hiperrealidad tan creible que pueda asimilarla como un recuerdo más, qué más da si pasó durmiendo o estando despierta, la sensación es tan auténtica, los detalles son tan perfectos. ¿Por qué pensar que la realidad es mejor que los sueños? Soñando también estamos vivxs, soñar es una parte muy importante de nuestra existencia y apenas somos conscientes de ello: nos acostamos y nos levantamos sin ni siquiera pensar en lo que ha ocurrido. En los sueños nos mandamos mensajes a nosotrxs mismxs, descubrimos preocupaciones, posibles soluciones a nuestros problemas, nos acordamos de gente y lugares que creíamos olvidados. En los sueños todo es posible: podemos volar entre las nubes y sentirnos libres, podemos juntar a todas las personas que queremos en nuestro lugar favorito, podemos crear finales alternativos que calmen nuestro ser, podemos revivir experiencias pasadas una y otra vez, podemos hablar con nosotrxs mismxs en edades diferentes.



De los dos últimos días recuerdo que en uno de los sueños resolvía todos los problemas que tengo en la actualidad y, aunque esto no haya ocurrido realmente, cuando desperté me sentí aliviada, también lo mezclé con sucesos ocurridos en las últimas semanas, es como si en unos minutos se hubieran unido pasado y futuro para darle sentido a mi vida. En otro de los sueños desplegaba toda mi agresividad y violencia, yo también recibía de vuelta esa violencia, cuchillos y sangre predominaban la escena, pero no sentía dolor sino alivio por la rabia descargada y la tranquilidad que tiene alguien que sabe que va a morir. Buf, verlo así escrito me da escalofríos. También sueño cosas bonitas, sueño con gente que me quiere, sueño que alguien me arropa, que me acaricia la cabeza y susurra al oido dulces palabras hasta que me duermo y que cuando despierto está junto a mí, abrazándome fuerte. La sensación es tan auténtica y vibrante que al levantarme compruebo varias veces que sigo sola en mi cama para creerme que todo formaba parte de mi imaginación, me levanté con la misma impresión que cuando duermo a gusto con alguien.

Con todo esto quiero decir que muchas veces no nos preocupamos de lo importante que es dormir, descansar y soñar, Por la noche nuestros pensamientos se ordenan mientras dormimos, ese proceso es muy complejo y deberíamos estar atentxs para sacarle partido, que los sueños sirvan para entender mejor la vida y a nosotrxs mismxs. Hay quien puede controlar los sueños, yo he podido hacerlo alguna vez, es cuestión de práctica, al igual que se ejercitan los músculos con el deporte se puede potenciar la activida mental en los sueños. Alguna que otra vez he podido continuar un sueño del día anterior, es emocionante, como la segunda parte de una gran película. Ser consciente de nuestros sueños y participar activamente de ellos nos ayuda a mejorar nuestra memoria y creatividad.

lunes, 11 de junio de 2012

Desprogramando el buen rollo

No soy borde ni pretendo serlo pero la paciencia tiene sus límites. Últimamente hay gente que me cabrea, me enfada, me molesta, me altera, me inquieta, me enrabieta, me sulfura, me provoca, me indigna, me pone triste y de mal humor, me crea insomnio y nerviosismo.

Por un lado o por otro habéis colmado mi vaso, que más que un vaso es un estanque rebosando por el engaño y la insidia. Vuestro buen rollo sobrepasa el aguante de cualquiera. Dejad de jugar a "soy muy majx y luego te apuñalo en cuanto tus oídos no oyen las infamias que suelta mi boca". Os he calado a todxs, tenéis una característica común: vais de lo que nos sois. Os acercáis con una sonrisa en la cara que hace confiar en vosotrxs, vuestro plan es perfecto, vuestras frases también: "cuéntame amiga, ¿qué es lo que te pasa?", "yo confío en ti," "puedes contar conmigo", "estaré para lo que necesites", "te echo una mano en lo que haga falta", "somos amigxs para siempre".



Sólo quería decir que: DAIS ASCO, MUCHO ASCO. La amistad no se traiciona, si se hace se admite y se supera dando la cara. Habláis tanto de asumir, de responsabilidad, de bla, bla, bla, de bli, bli, bli y luego no predicáis con el ejemplo, ya no me trago nada de vuestra absurda y miserable existencia.

Meteos en un pozo oscuro donde no de la luz del sol, donde ningún ser pueda encontraros. Escondeos en un cuarto sin puerta ni ventanas, donde no podáis comunicaros con nadie. Gritad en silencio para que ni yo ni nadie pueda escuchar vuestro canto de sirena. Construid una casa bajo el mar (o bajo tierra) y no salgáis nunca de allí, haced algo provechoso y fundíos con el planeta. Tapaos los ojos para que nadie pueda dejarse engañar con vuestra falsa dulce mirada ni autodestruirse al notar vuestras miradas de odio y  asco. Y para asco el que siento por dentro, la traición se paga cara, cara a cara.

Si del amor al odio hay un solo paso, con vosotrxs, de la amistad a la náusea hay medio.

sábado, 2 de junio de 2012

Quedaos con todo


Quedaos con todo, con vuestra casa, con vuestros muebles, con vuestra cocina, con vuestro agua caliente, con vuestra calefacción, con vuestro local reformado, con vuestros colchones, con vuestro dinero, con vuestra comodidad. Quedaos con todo, con vuestras grietas, con vuestras manchas, con vuestra puerta oxidada. Quedaos con todo, con vuestra avaricia, con vuestra falta de cuidados, con vuestros miedos, con vuestro "yo, yo mismo y mi egoísmo". Quedaos con todo, con vuestro rencor, con vuestros cuchicheos, con vuestras palabras envenenadas, con vuestras amenazas.

Quedaos con toda vuestra mierda, que yo me quedo con los buenos recuerdos. Yo me quedo con las mariposas en el estómago, con la ilusión, con las risas, con las cenas compartidas, con la cooperación, con las veces que me he partido la cara por defender a la gente, con llenar mi casa con desconocidxs que necesitaban ayuda, con las visitas fugaces, con las palabras compartidas para crear un mundo mejor (aunque sólo fueran palabras). Yo me quedo con esto y por favor quedos vosotrxs con lo vuestro, no me lo trasladéis a mí. Ya no quiero hablar, ya no queda nada de lo que hablar, hemos agotado las palabras con miradas de odio y almas vacías.

Miradme a los ojos, decidme que sois perfectxs, decidme que estáis por encima, que sois jueces/juezas y verdugxs, pero no me digáis lo que no sois. Para mí ya no sois nada, un vago recuerdo de una mala época, no sois nada, un montón de fotos archivadas en el ordenador, no sois nada, un puñado de meses malgastados creando una falsa realidad. NADA.

No pienso desperdiciar mi tiempo dándome cabezazos contra la pared y ahora mismo vostrxs sois esa pared.

lunes, 7 de mayo de 2012

Dile a la luna



Dile a la luna, dile lo que no le dices a nadie, dile tus sueños, tus expectativas, tus miserias, dile que no quieres seguir viva, pero que a la vez tienes miedo a la muerte. Dile que te abruma con su luz, con su brillo, dile que las nubes que la cubren te hipnotiza, que te quedarías allí toda la noche hasta que se fuera, contemplando su fuerza. Dile que, por un instante, se paró el reloj, se alargaron los minutos y que las risas de fondo acompañaban la noche desde la lejanía, como si vinieran de otro mundo. Dile a la luna que quisiste que tus pies fueran raíces y anclarte al suelo, permanecer allí junto a los árboles movidos por el viento. Dile que prometes volver, dile que no sabes cuando lo harás, pero que la recuerdas, que notas su influjo aunque no se deje ver demasiado por la ciudad, que las farolas han intentado sustituirla en una farsa llamada civilización. Dile que tú te has dado cuenta y que no dejarás que eso pase contigo, que recordarás de donde vienes, que la tierra te llama para que acudas a ella, que no la ignoras, sólo intentas luchar en una batalla infinita por ser libre y que, una vez muerta, volverás a ella.

martes, 1 de mayo de 2012

Cualquier tiempo pasado...



En estas últimas semanas no paro de rememorar viejos tiempos. Quizás sea porque no paro de encontrarme gente que tiene que ver con mis experiencias pasadas: el colegio, el instituto, el grupo de pintar, la universidad, los viajes... Tantas personas, tantos recuerdos, tanto que no volverá, es el sabor amargo de lo que no pasó, de lo que no se dijo, de lo que no habrá oportunidad de repetir, de los fallos tatuados a fuego en la piel, de la inocencia perdida para siempre, de las miradas perdidas, de los abrazos contenidos, de la gente que nunca volveré a ver, de lxs que no quiero volver a ver, del rencor guardado para siempre como algo seguro a lo que agarrarme, de la primera hostia de un madero (y la de un cura). Aunque siempre quedan los buenos momentos, las risas, las carreras, los muros, los bailes, las mentiras a los padres para escapar con lxs amigxs, la rebeldía, el hip-hop grabado en nuestras mentes como un pacto entre hermanxs, los secretos jamás rebelados, las locuras de juventud (y de no tan jóvenes)...
Estoy aquí, sé que vosotrxs también, sé que nuestros caminos se cruzan en los pensamientos, que se tocan cuando soñamos. Hoy te he visto, en un sueño, eras tú, todo era como siempre, como si el tiempo no hubiera pasado, y yo quería que todo fuese como con 15, que cumplieramos nuestra promesa de seguir juntas hasta los 30. Sabes que no pasó, que se lo llevó el viento, nuestra vidas se separaron, él te llevó, yo dejé que pasara, falsas promesas, sucias promesas, prometo no prometer y hasta eso sería mentira. Vuelve pero no vuelvas, quiero el recuerdo, pero quiero vivir, ser libre otra vez, junto a ti, junto a todxs, os echo de menos.
Dedicado a todas las personas que se cruzaron en mi vida, aunque sólo fuera por un instante al intercambiar miradas en el hostil metro de Madrid, o para aquellxs que llevan conmigo casi toda una vida.

jueves, 1 de marzo de 2012

La mala educación

Cuantas veces habré oido que slguien es maleducadx o que me lo han dicho a mí misma. En ocasiones este término se suele utilizar con la gente irreverente, sincera, que dice lo que piensa, que no entiende de jerarquías, que no se rebaja, que se expresa sin reprimirse.
Hay una creencia ciega en que a lxs mayorxs, lxs adultxs, lxs profesorxs, las autoridades, etc. se les tiene que hablar de forma diferente. En principio se supone que hay que mostrar respeto, pero en realidad quieren decir sumisión, tienes que mostrarte dócil, que tu manera de hablar diga "voy a obedecerte y no te diré lo que pienso si te molesta, crearé un personaje de tu agrado".
La adultocracia puebla nuestra sociedad, se ve con buenos ojos que adultxs griten a niñxs, sobretodo si son sus hijxs y están siendo "molestos"; pero si una persona pequeña dice lo que piensa a una más mayor se la increpa si lo que expresa no es políticamente correcto.
Esta forma jerárquica de relacionarse puebla también las aulas, desde las escuelas de educación infantil hasta las universidades. Creo que el respeto tiene que ser bidireccional, y que no debe ponerse de excusa para reprimir lo que se quiere decir. Debemos educarnos en la sinceridad frente a las mentiras y en la igualdad frente a la adultocracia.

jueves, 16 de febrero de 2012

Conectando con mi adolescencia

En estos días que paso rodeada de adolescentes en las prácticas que estoy haciendo como profe en un instituto, siento que vuelvo algo más de diez años atrás. No tengo demasiado tiempo para expresar todo lo que me pasa por dentro, estoy agobiada y ocupada preparando las clases.
Volviendo a mis emociones, estoy sintiendo que empatizo mucho con las chavalas y chavales del instituto, no puedo creer que yo haya pasado por esa misma etapa hace tanto. La verdad es que he conectado conmigo misma otra vez. Entre el ambiente del instituto y el tema de mis prácticas, el graffiti, siento que vuelvo a tener 15 años. Esto me hace tener una mezcla de sensaciones positivas y melancólicas a la vez.
Y la verdad, es que me identifico más con las y los estudiantes que con lxs profesorxs. No sé por qué será, si porque todavía me veo en mi rol de aprender y no enseñar o es porque nunca entenderé que el aprendizaje de la vida pueda caber entre los muros de una "cárcel". Porque creo que aprender y enseñar es un proceso demasiado importante como para ponerle los barrotes, no sólo físicos, sino formados por especialidades, competencias, unidades (anti)didácticas y tiempos marcados.
En el tiempo que esté con ellxs intentaré hacerlo lo mejor posible, pero no es fácil, las piedras de la mochila de cómo me han enseñado pesan demasiado, no quiero enseñar de la forma en que lo hicieron la mayoría de profesorxs conmigo. Aún así, siento que por muy bien que pueda hacerlo, hay un problema estructural en la escuela, se encierro y su obligatoriedad. Sólo puedo ser un vaso de agua en el desierto...

sábado, 4 de febrero de 2012

Por un momento olvidé que soy “mujer”...

pero ahí estabais vosotros para recordarme mi condición social como mujer, como objeto, como pieza de exposición. En esta vida no hay marcha atrás, a mi me criaron como niña (luego mujer), mis genitales definieron mi existencia y mi socialización. El color rosa, los vestidos, el decirte lo guapa y linda y dulce que eres, lo refinada que tienes que ser, lo que una señorita debe o no debe hacer. Desde pequeña me dejaron bien claro lo que era ser mujer y lo que no era, y lo que era ser un hombre y que éramos diferentes. Ser mujer implicaba belleza, dulzura, curvas, maquillaje, depilación, cera, pinzas, automutilación, dietas, culpa, sumisión, paciencia, cuidados, sacrificio, pareja, fidelidad, compostura, amabilidad, tacones, medias, sujetadores, tangas, fajas, compresas, tampones, cremas, geles, espumas, lacas, tintes, planchas, comprensión, afecto. También se encargaron de dejarme claro que una mujer si quería encajar en la sociedad y conseguir un hombre no debía ser fuerte, ni tirarse eructos, que no debía llevar el pelo demasiado corto, ni ser demasiado sincera, ni enfadarse, ni contestar, ni ser natural, ni desear (ni su propio cuerpo ni el de lxs demás), ni gritar, ni defenderse, ni exponer su opinión discordante con la del resto... Y así un largo etcétera que nos podría llevar toda la vida según las experiencias de cada una, que aunque diferentes se entremezclan y se cruzan en el camino del término mujer.

Yo intento pasar de estas historias, deseducarme de todos los prejuicios y valores absurdos que me han inculcado pero no es sencillo. La sociedad se encarga de recordarte quien eres y para lo que sirves, la familia también cumple un papel represor fundamental, son el primer verdugo de la libertad. Es en la familia donde aprendes tu rol como mujer, donde aprendes a sufrir (para luego ejercer) el chantaje emocional: “Si no haces esto o lo otro nos vas a hacer sentir mal” “Nos has decepcionado” “No querrás que nos distanciemos por esas tonterías tuyas...”. No caer en el chantaje emocional de la familia es duro, a veces supone incluso romper lazos con ellas/os. Esto no nos debe dar miedo, nuestras relaciones no pueden estar basadas en el chantaje, debemos construir nuestra propia red de apoyo social y de amistades. La familia es un núcleo relacional que no elegimos, entonces, si nos llevamos bien y estamos a gusto con ellas/os, perfecto; pero sino, no tenemos que estar alimentando relaciones dañinas y que no nos aportan nada.

Otro mito a derribar si te han socializado como mujer es el del príncipe azul. Aunque el mito se transforme y ya no sea un caballero andante que rescata a la princesa del castillo, sigue existiendo en sus nuevas versiones. Ahora hay varios tipos de príncipes azules que vemos en las películas para adolescentes, uno podría ser el chico malo, cachas, independiente y moderno, que en el fondo de su corazón es muy sensible y cariñoso; otro podría ser el chico majo y tímido que es un cielo. Pero nada más lejos de la realidad, cualquier tipo de príncipe azul es una farsa, por muy majo y guapo que sea, todos acaban por desteñir y se vuelven un asco. A parte, claro, de lo dañino que es pensar que una persona vaya a llenar el vacío que llevas sintiendo toda tu vida y que va a completarte, está la idea heterosexista que conlleva este tipo de idealizaciones amorosas. También hay que decir que aunque se extendiese el término de pareja ideal a otro tipo de relaciones, éstas no se vuelven mejores, el tipo de dependencia o relación pude ser distinta, pero el creer que alguien es tu media naranja acaba por no hacerte ver que cada persona es una naranja entera y que si te olvidas de la mitad de tu persona para estar con otra, algo falla.

La imagen exterior que debemos dar las mujeres es algo de lo que no es fácil escapar en la sociedad del plástico. No es sólo que vivamos rodeadas de plástico en las casa y en las calles, es que ahora las personas también deben ser de plástico, en principio el acento para las campañas publicitarias de moda, perfumes y cremas se centraban en las mujeres, y de más reciente incorporación tenemos a los hombres objetos. Aunque esto sea así voy a dejar de lado el tema masculino y centrarme en la objetualización de la mujer. Porque, si bien es cierto que en esta época que vivimos se objetualiza a la mujer de una forma brutal, no por ello podemos olvidar que lleva siglos siendo así. Antes de la publicidad, de la televisión, antes de la fotografía existió la pintura y la escultura, imágenes que mostraban cánones de belleza. Algunos pueden hasta hacer gracia a alguien ya que son distintos estereotipos a los actuales, pero que sean diferentes no quiere decir que fueran buenos. De igual modo imponían cómo debía ser una mujer, qué era ser mujer y qué ocupaciones debía tener. Es curioso recorrer la historia del arte y encontrar que hay cosas que no cambian por muchos años que pasen, la mujer como objeto de deseo y de exposición, algo bonito que contemplar. Hemos cambiado los corsés por implantes de silicona, pero los pechos siguen siendo vistos como objetos de deseo masculino; hemos cambiado los polvos de arroz (para ser más blancas) por los rayos uva, pero siguen diciéndonos de qué color debe ser nuestra piel; hemos cambiado las faldas largas por unas minifaldas, pero lo que se oculta es siempre el objeto de las miradas lascivas de otros: hemos cambiado la casa por trabajo asalariado (en muchos casos más los trabajos de la casa), pero seguimos siendo explotadas

Si la sociedad te considera una mujer, te presionarán para que actúes como tal. Ya no se estila tanto el matrimonio obligado, pero vivir con una sola persona con intención de que sea para siempre ( o mucho tiempo) y formar una familia no se diferencia mucho. La gente, cuando llegas a cierta edad, te pregunta si te casarás o, si son más modernas/os, cuando te vas a echar un novio (y no digo novia, porque eso raras veces lo preguntan), cuándo vas a tener hijas/os... Cuando las respuestas son no me voy a casar, ni tengo novio (ni novia), comparto mi vida con varias personas entre ellas con mi compañera/o y no pienso tener hijas/os; entonces empieza la hecatombe. Lo del matrimonio, como ya he dicho antes, pude que lo pasen por alto, pero que no quieras tener tu propia familia, eso les fastidia. Y no entiendo ese empeño en querer dirigir la vida de las/os otras/os. Mucha gente con la que me cruzo en mi vida están obsesionadas/os con el tema de que hay que reproducirse y tener hijas/os, que es la experiencia más bonita para una mujer, que te llena, que te completa, que si no pasas por eso nunca vas a sentir nada tan maravilloso, que las/os hijas/os son lo mejor que te puede pasar... Palabras huecas en mis oídos que sólo hacían daño, pero que ahora me enfadan y mucho. No sé por qué tengo/tenemos que pasarnos la vida dando explicaciones de por qué no queremos ser como las demás y seguir la norma, que no entendemos que haya que formar una familia (por lo menos no al modo en que ellas/os lo entienden), que no quiero/queremos casarnos ni tener hijas/os. Que la excusa del miedo a la soledad no nos sirve para juntarnos con la/el primera/o que se nos pasa por delante con promesas de amor infinito, ni tampoco nos sirve para querer tener hijas/os que nos cuidarán cuando seamos mayores (o nos meterán en una residencia). Para las críticas más absurdas que he oído cuando he dicho que nunca he querido tener hijas/os, como: “Todas acaban queriéndose casar y tener hijos, incluso las más hippies” “No sabes lo que te pierdes, es una parte muy importante en la vida de una mujer” “Ya cambiarás de opinión, todavía eres muy joven” (esto me lo decían cuando tenía 20, pero ahora con casi 28 se empeñan en seguir diciéndomelo, no sé si esperan a que tenga la menopausia para creerme) “Eres una egoísta, sólo piensas en ti”; para ellas/os sólo tengo una respuesta:


lunes, 9 de enero de 2012

En el filo de la muerte



A todxs nos da miedo pensar en nuestra pequeña existencia, en su significado. Que quien va más allá de mitología religiosa se pregunta sobre esto más de una vez. Ante la angustia, ante el vacío, ante el precipicio, ante el vértigo, ante el filo de la muerte sólo me queda decir que aprovechemos el hoy, pues mañana nadie sabe qué pasará; el futuro nunca llega y se inventó para posponer aquello que deseamos hacer pero nos da miedo.
Deberíamos ser conscientes de nuestras limitaciones, de nuestra finitud. La muerte es un tema casi tabú en nuestra sociedad, pensarlo, hablarlo, es algo que no solemos hacer porque nos angustia. Reflexionar sobre la propia muerte nos puede llevar a reflexionar sobre la propia vida, qué estamos haciendo con ella y qué es lo que en realidad queremos hacer.
De hecho la muerte voluntaria es tan cotidiana, que el suicidio es lo que más muertes provoca de forma no natural al año en el Estado español. Esto nos tiene que dar a pensar muchas cosas, como, ¿por qué tanta gente lo hace? ¿Por qué no es algo que salga en los medios masivos de información? ¿A qué se deben estos suicidios? ¿Tendríamos que asumir una responsabilidad colectiva de que algo grande falla en nuestras vidas? ¿Es el suicidio una forma de decidir cuando queremos morir y no sólo algo fruto de la tristeza o la soledad? Son muchas preguntas sobre las que pienso, y desde luego no tengo respuesta para todas. Lo único que quiero compartir aquí es que está prohibido hablar del tema del suicidio en los mass media, dicen que por el efecto llamada, pero yo, pensando mal, creo que es para que la gente no se plantee por qué tanta gente lo hace.