Hace tiempo que empiezo a
notar en mí el peso de la incoherencia, y no estoy hablando de comer
cereales refinados o azúcar blanco, ni de vivir dependiendo de la
familia, ni de contribuir a la contaminación, ni del uso/abuso de
las nuevas tecnologías. Ahora estoy refiriéndome a algo que llevo
en mi educación sesgada por el género, grabado en el disco duro del
consciente, inconsciente y subconsciente. Empiezo a darme cuenta que
la monogamia no es el mal de los males, es sólo uno más, la
esclavitud que siento no ha terminado con su erradicación de mi día
a día. No voy a defender, pues, la pareja como institución, lo que
quiero es dar otra vuelta más, otra vuelta si puede ser a las
relaciones libres. Ya no me basta con querer ser libre en lo que
siento y con quien me acuesto, quiero ser libre totalmente, no quiero
vuestra aprobación. No quiero más aplausos ni palmaditas en la
espalda, no quiero más abrazos, algunos los siento envenenados, no
quiero ser vuestro puente ni vuestra herramienta, no pienso ser
vuestra amiga feminista que por contagio os pega todo lo guay que hay
detrás del feminismo. Pues entérense señores, que detrás del
feminismo no hay nada de guay para nosotras, el feminismo es una
elección dura, un compromiso de lucha para toda la vida del que no
puedes escapar, es un compromiso con nosotras mismas para cortar las amarras patriarcales.
Un día me levanto y me
doy cuenta, ya rompí con uno de los capullos más capullos que me he
encontrado en mi camino, pero, y ahora? Ahora hay otros que no sé lo
que son, pero noto cierta similitud en las sensaciones que tengo (falta de autonomía, miedo a hablar, miedo a ser yo misma, temor al rechazo social, temor a ser señalada, una vez más).
Noto que hay algo que no me gusta, es la intuición que me pone en
alerta, y soy yo volviendo a ignorarla. Sigo queriendo mantener el
buen rollo, y para qué? Si total, me he peleado con tanta gente que
no es algo que me pille de nuevas, pues porque implican sentimientos
fuertes, emociones, vivencias. Empiezo a notar que ya estoy harta, no
será una lucha fácil, no será algo que pueda arreglar rápidamente,
pero debe haber un inicio, y hoy empieza la batalla, no quiero seguir
siendo el eslabón débil de la cadena, no pienso romperme otra vez,
las marcas de la soldadura duelen demasiado. Creo que más allá de
la pareja estoy buscando la aprobación masculina de manera
inconsciente, esto es peligroso ya que, al creerme liberada, estoy
más expuesta a caer en agradar a otros tantos capullos que me
encuentre. Pues estoy harta, no quiero ser la niña de Papá que
menciona Valerie, no quiero vuestra aprobación, no necesito vuestros
halagos, no me vais a hacer sentir una mierda por confiar en
vosotros, nunca más; no quiero que me veáis como la niña buena, ya
estalló todo otra vez, soy la mala, la bruja, y volveré a estallar
si hace falta. No os legitimaré en los entornos feministas, no soy
vuestro pasaporte ni vuestro escudo protector, limpiaros vuestras
mierdas solos.
Como luchadora feminista
propongo y me propongo acabar con la necesidad de aprobación en
general, y con la necesidad de aprobación masculina en particular.
NO NECESITO MÁS PADRES, YA TENGO UNO.