martes, 1 de noviembre de 2011

El sendero de la educación


La educación podría ser concebida como hacer senderismo. Atravesar un nuevo paraje se pude realizar sola (autoaprendizaje), con ayuda de algo que nos sirva de guía (una o varias personas, un mapa, una brújula, un libro-guía...), de forma individual o grupal. Cuando caminas por una montaña puedes seguir los caminos marcados (los ya recorridos por otras personas o por ti misma, o que alguien ha marcado porque quieren que lo sigas) o adentrarte a explorar lo que se aleja de éstos, descubriendo por ti misma lo que hay más allá de lo que está directamente en tus narices. Además para llegar a un mismo punto de la montaña podemos seguir diferentes rutas, e incluso pasar por un mismo lugar varias veces. En el aprendizaje ocurre esto mismo, o debería ocurrir, ya que no todas aprendemos de la misma forma se debería enseñar de diversas formas, esto es siguiendo diferentes itinerarios, aunque el fin de lo que se aprende sea el mismo. Para descubrir nuevos parajes puedes apoyarte en el camino marcado, pero si de verdad queremos aprender algo nuevo debemos ir despegándonos de lo fácil, que es lo que ya sabemos. Sin caernos ni perdernos ni equivocarnos esto no es posible; nadie nace sabiendo y si creemos que aprender es una aventura hay que arriesgarse y asumir que esos riesgos forman parte de lo aprendido. Cuando practicamos senderismo no sólo pretendemos disfrutar con la meta del recorrido (que muchas veces pude variar, según ganas, tiempo, provisiones, imprevistos, acompañamiento...), sino que el propio caminar en sí mismo nos aporta una experiencia reconfortante. La meta sólo es el punto final que nos hemos marcado en ese momento, lo cual no quiere decir que otro día no vayamos a ir más lejos o haciendo otro recorrido. Hacer senderismo en grupo se hará seguramente divertido y enriquecedor al ser compartido con otras la misma experiencia. Aún así hay otras veces que caminar sola adentrándote en el monte te ayuda a reflexionar y a conocer tus limitaciones y tus fuerzas.
Con esta metáfora quiero animar a que todas nos adentremos en la aventura que supone el ciclo enseñanza-aprendizaje, que no pueden despegarse, que todas tenemos algo que aprender y algo que enseñar, por simple o complejo que sea. Que nadie es mejor que nadie por saber más de algo, que confundirse y tropezar es a veces de lo que más se aprende. Que la humildad es algo que tiene que caracterizar a alguien que desee hacer de guía en el sendero de otras, y que la guía debe disfrutar tanto como el resto de senderistas del viaje.

No hay comentarios:

Publicar un comentario