jueves, 20 de marzo de 2014

Cuando una puerta se cierra...

... dicen que entonces una ventana se abre. Pero yo me encuentro en una habitación oscura, sin ventanas, sin bombillas ni velas, sin nada, sin nadie, la puerta está cerrada, así lo quise, aunque duela. Allí dentro pienso, reflexiono, me preguntan y me pregunto: "¿qué quieres?" Ni yo misma lo sé, por eso necesito el silencio que me regalan los momentos de soledad. Dentro del cuarto que me he construido me siento melancólica pero segura, triste pero confortable, dubitativa pero fuerte.

Hay momentos y personas que atraviesan nuestra existencia de forma caprichosa, con el paso de los años esas experiencias vividas se acumulan y los recuerdos se clavan en el pecho. Las espinas que dejaron permanecerán conmigo hasta que muera, los pétalos volaron hace tiempo dejando un agradable perfume a su paso, ese que me empuja a seguir buscando más rosas a pesar de las espinas.




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