Es de madrugada, estoy
sola y la casa se me echa encima. Hay lecciones que solo me da la
vida, y de manera imprevisible me da de bofetadas en la cara, plas!
Si me creía que lo sabía todo estaba equivocada. Ahora toca pensar y
callar, la voz es un instrumento inútil y vanidoso si lo que quiero
es hablar conmigo misma. Basta de charlatanería, quiero callar,
quiero escucharte, escucharos, escucharme. Demasiado ruido,
demasiadas mentiras, demasiados prejuicios, demasiadas veces di algo
por sentado y sin quererlo me reventó en la cara en forma de
realidad. Quiero andar con pies de plomo y quiero meter plomo en el
cuerpo de demasiadxs opresorxs (políticxs, empresarixs, policías,
maltratadorxs...). Pero, quién oprime a quién en este sistema de
opresiones encadenadas? No me educaron hombre, mi opresión de mujer
es una huella que llevo en mi piel tallada a fuego, pero y que pasa
con las otras opresiones? No soy hetero, pero tampoco soy lesbiana,
no quiero considerarme bisexual, simplemente me gustan las personas,
sin etiquetas. Debería preguntarme si la orientación de mi deseo
sexual supone una opresión en mi vida, nunca me paré a pensarlo con
detenimiento, quizás ahora sea el momento para hacerlo. Pero, dónde
quedan la opresión de raza y de clase? Ahora me veo y estoy en el
otro lado, en el de la gente de privilegios, de blanquita europea
(por morena que sea) y de niña acomodada en una familia de clase
media. Pero no me haré la víctima como hacen los hombres
antifeministas, asumo lo que soy o lo que me educaron para ser.
Y hoy, como si fuera
verano, siento calor y ganas de vivir deprisa, siento el fuego que me
invade, y no es sólo por el sexo, que también, es el valor de lo
inesperado, de una clase magistral de vida resumida en unos minutos.
Y pienso, pienso y me siento confusa, dormir calmará mi mente
agitada.
Hoy es un buen día para
empezar algo que siempre quisiste, hoy es un buen día para acabar
con aquello que siempre odiaste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario