jueves, 8 de diciembre de 2016

A veces

Aviso de contenido: trastornos alimentarios, mención de suicidio, autolesión 



A veces das tanto de ti a los demás que te quedas vacío. A veces sientes que mereces tan poco que no te dedicas no tiempo. A veces ese tiempo que te dedicas es meramente auto destructivo porque tu autoestima está en un viaje eterno camino al centro de la Tierra. A veces te sientes tan mierda que piensas que todo lo malo que te pase, pasó y pasará te lo mereces. A veces piensas que eres una mala persona. A veces te das cuenta que el teatro por intentar ser normal se descubre pronto, y pronto te visualizas solo en el futuro. A veces quisieras ser otra persona, otras personas, cualquiera con tal de no ser tú. A veces quisieras no sentir nada, como en esa canción "antes que sentir dolor mejor no sentir nada". A veces piensas que de que sirven los buenos momentos si todos acaban en dramas. A veces sólo quieres desaparecer del mundo. A veces te drogas, aunque no sea con drogas, te evades como sea, la realidad es una mierda. A veces quisieras arañarte tan fuerte el cuerpo hasta hacerlo sangrar y que el alma se olvide por un instante que sufre un dolor perpetuo. A veces piensas en castigarte con la comida y da igual que se comer o no comer, porque las dos opciones son castigos, no comer porque lo hiciste mal y no mereces alimentarte, o comer porque lo hiciste mal y mereces comida de mierda hasta destrozar tu estómago. A veces quisieras ser más alegre para no alejar a la gente porque eres muy dramas y estás siempre triste. A veces quisieras ser espontáneo y divertido, popular. A veces quisieras ser el guapo, el chulazo. A veces quisieras ser extrovertido y hablar a les demás sin hacerte un lío. A veces quisieras poder mantener ese personaje que creaste en tu cabeza 24/7. A veces quisieras cambiar tu esencia como quien cambia de camisa. A veces quisieras ser súper positivo y animoso. A veces cambiarías tu "exceso" de sensibilidad por cualquier otra cosa.
Lo he intentado, lo intento una y otra vez, y no puedo. Y me cierro. Y creéis conocerme pero no. Mi sonrisa, mi llanto y mi mirada siempre esconden algo. No te fíes de mis palabras pero tampoco te fíes de mi mirada, yo sé que es transparente, y esa transparencia es manipulable. Nunca, lo siento, pero nunca nadie va a llegar al fondo de mí. Ser vulnerable en este mundo se paga muy caro y yo tengo hipoteca para todas las generaciones venideras.

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