
Deberíamos ser conscientes de nuestras limitaciones, de nuestra finitud. La muerte es un tema casi tabú en nuestra sociedad, pensarlo, hablarlo, es algo que no solemos hacer porque nos angustia. Reflexionar sobre la propia muerte nos puede llevar a reflexionar sobre la propia vida, qué estamos haciendo con ella y qué es lo que en realidad queremos hacer.
De hecho la muerte voluntaria es tan cotidiana, que el suicidio es lo que más muertes provoca de forma no natural al año en el Estado español. Esto nos tiene que dar a pensar muchas cosas, como, ¿por qué tanta gente lo hace? ¿Por qué no es algo que salga en los medios masivos de información? ¿A qué se deben estos suicidios? ¿Tendríamos que asumir una responsabilidad colectiva de que algo grande falla en nuestras vidas? ¿Es el suicidio una forma de decidir cuando queremos morir y no sólo algo fruto de la tristeza o la soledad? Son muchas preguntas sobre las que pienso, y desde luego no tengo respuesta para todas. Lo único que quiero compartir aquí es que está prohibido hablar del tema del suicidio en los mass media, dicen que por el efecto llamada, pero yo, pensando mal, creo que es para que la gente no se plantee por qué tanta gente lo hace.